"Esto era un barrio esplendido en el que no había ningún problema entre los vecinos", ha asegurado Marí Coll, presidente de la Sociedad Deportiva Bar Central, añadiendo que "el barrio está abandonado, pasan de nosotros, da pena".
Drogas. Un mercado al aire libre conocido por todos, amparado en el silencio de muchos vecinos que no se atreven a denunciar ante las cámaras aquello que ha empujado a muchos amigos y vecinos a abandonar un barrio que ya no reconocen y donde la convivencia es cada día más complicada.
Un miedo más que razonable, pero que desconoce el respetado líder vecinal, Ginés Quiñonero, que lleva toda la vida luchando por el futuro del barrio, abandonado por la clase política. "Hay droga por todos lados", ha lamentado Quiñonero, recalcando que "por las noches se forma tal follón que muchas familias optan por no salir de sus casas".
El líder vecinal ha criticado que "lo que hacen los políticos y nada es lo mismo, Son Gotleu es una ciudad sin ley".
La 'okupación' es otro de los problemas arraigados en Son Gotleu y que denuncia Quiñonero, quien asegura que hay bloques donde de las 22 viviendas disponibles, 16 están 'okupadas'.
"No pasa nada porque la gente está acojonada. Esto es el barrio de los 'okupas', es una vergüenza", ha advertido Quiñonero, quien ha destacado que "en Son Gotleu hay 2.200 viviendas y de éstas, una cuarta parte aproximadamente tiene 'okupas', esto no se puede tolerar, así no se puede vivir, la gente no está tranquila".
Son precisamente los más mayores son los que se atreven a denunciar abiertamente la falta de seguridad, la suciedad constante, la angustia de no poder vivir tranquilos en un barrio que ya no les pertenece.
Obligados a soñar con poder huir de su casa. Ciudadanos de segunda en una ciudad regida por una clase política que se ha olvidado de uno de sus barrios más populares. "Solo vienen cuando hay elecciones", ha afirmado Gabriel Pons, vecino de Son Gotleu.
Pons ha explicado que "nos tienen abandonados, ni las aceras están cuidadas, ni limpian, para vivir aquí hay que tener mucha paciencia y no enfadarse con nadie", admitiendo que "hace tiempo que hago la primitiva para ver si me toca y me puedo ir de este barrio porque no es una barriada tranquila, vives siempre con el corazón en un puño".
Pocas cosas funcionan como toca en Son Gotleu, ante la perplejidad de unos vecinos que se resisten a abandonar su lucha por mejorar sus condiciones de vida. "Hay más de 300 coches abandonados desde hace años, nos hacen pagar impuestos de circulación y luego la gente no tiene donde aparcar", ha advertido Carlos Gambín, vecino de la barriada.
Asimismo, Gambín ha remarcado que "llevo 45 años viviendo en Son Gotleu y jamás en la vida había visto una dejadez de esta magnitud".
Pasado y futuro chocan en un presente que ahoga la esperanza. Abandono, inseguridad y miedo. Son Gotleu pide auxilio y exige justicia. Sus vecinos tienen la obligación de pagar sus impuestos, por supuesto, pero también, y que nadie lo olvide, el derecho a vivir dignamente.