Así lo ha confirmado a Europa Press el presidente del Gremi Llibreters de Mallorca, Àlex Volney, quien ha recordado que el año pasado, en pleno confinamiento por la pandemia de la COVID-19, el sector celebró un Sant Jordi virtual.
Este año habrá un término medio siguiendo el modelo de lo que se hizo en julio en Palma, con Llibreries a la fresca. De este modo, los libreros saldrán en una ruta lineal y escalonada, que actualmente estudia el área de Gobierno Interior.
El objetivo del Gremi de Llibreters, según Volney, ha sido "esponjar" la ruta con una separación mayor en las paradas "en comparación con lo que se ha vivido hasta ahora".
Volney ha recordado que Sant Jordi es una fiesta "que ha ido a más en los últimos 30 años". "La pandemia rompió esto y ahora trabajaremos con las herramientas que tenemos", ha avanzado.
Entre lo programado destacan las firmas de escritores el 23 de abril, con un control estricto de distancias de seguridad, y la ampliación de los descuentos por Sant Jordi en una campaña semanal.
En este sentido, el Gremi de Llibreters anunciará esta próxima semana una serie de medidas que ayudarán a que la festividad no se concentre en un único día y así los clientes puedan beneficiarse de rebajas que estarán vigentes más de un día.
Atrás queda la imagen de un Sant Jordi por Palma con mesas por muchas calles y diferentes ángulos. Este año, el trazado de los puestos será lineal y diáfano para evitar las aglomeraciones.
Además de las entregas a domicilio, que se hacen durante todo el año, los libreros se enfrentan a esta festividad con dos objetivos: vender libros y hacer una fiesta bonita para levantar un tejido empresarial, que aún hoy navega ante un panorama incierto.
