El Instituto Robert Koch, el ente gubernamental encargado del control de enfermedades infecciosas, ha manifestado que durante las últimas 24 horas se han detectado 17.176 casos que, sumados a los decesos, conforman totales de 2.772.401 contagios y 75.870 decesos, respectivamente.
La mencionada tasa alcanza ya los 129,7 casos por cada 100.000 habitantes a siete días, cinco puntos más que el sábado y diez puntos por encima del viernes.
Por otra parte, ha cifrado en alrededor de 2.484.600 el total de personas recuperadas hasta la fecha de la COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, incluidas unas 7.200 durante las últimas 24 horas.
Dada la situación, el ministro de Salud de Alemania, Jens Spahn, ha considerado necesario que el país entre en un nuevo periodo de confinamiento "duro", de entre 10 y 14 días, para intentar contener la nueva ola de casos de coronavirus que ha disparado los contagios en todo el país.
"Considerando las cifras, incluido lo que ha sucedido este sábado, vamos a necesitar entre 10 y 14 días en los que vamos a tener que limitar de verdad nuestros contactos y nuestra movilidad", ha declarado el ministro.
Los comentarios de Spahn coinciden con la opinión del jefe de la Asociación Interdisciplinaria de Medicina de Cuidados Intensivos y Emergencia, Christian Karagiannidis, que ha recomendado una mezcla de "confinamiento duro, vacunas y pruebas" para intentar aliviar la presión de las unidades, y pedido a los políticos que se olviden de cualquier medida de reapertura a corto plazo, según declaraciones al 'Rheinischen Post'.
De hecho, una encuesta reciente ha revelado que una mayoría de alemanes están a favor de endurecer las medidas en lugar de aflojarlas. Según una encuesta de la emisora ZDF, el 36 por ciento quiere endurecer las medidas mientras que el 31 por ciento quiere mantener las restricciones actuales.
Solo una cuarta parte de los encuestados se ha declarado a favor de una relajación de las medidas.