Para ello, Cooperatives Agro-alimentàries Illes Balears está organizando una serie de cursos de poda de frutales, poda de oliveras y poda de algarrobos con el objetivo de formar a los agricultores para mejorar los cultivos de frutal. Estos cursos tienen una gran demanda. Las mujeres representan el 30% del alumnado.
Son cursos de 15 horas de formación con contenidos teóricos sobre la biología del árbol frutal, así como la puesta en práctica de conocimientos en campo sobre casos prácticos. Se plantean resolución de casos prácticos, exposición de material, equipos de seguridad y demostración práctica sobre el terreno sobre biología del árbol. También se analiza la respuesta al corte y las principales heridas del árbol. Se evalúa el crecimiento, desarrollo y estabilidad del árbol. Se da formación acerca de la justificación de la poda y corte correcto; conocimiento de las especies más comunes y aplicación en la poda; gestión de los restos vegetales, aprovechamiento y valor; la figura del podador profesional, equipamiento y herramientas.
En las clases teóricas se cuenta con un profesorado ingeniero agrónomo que explica las técnicas, el momento idóneo y el proceso de injertar. También ha aprovechado la ocasión para aportar conocimientos sobre la importancia de una buena poda.
El experto podador e injertador Bernat Ramis imparte la parte práctica de este curso, organizado por Cooperatives Agro-alimentáries Illes Balears. El profesor afirma: “A pesar de que actualmente se hagan cultivos mecanizados, la poda que enseñamos es manual porque habrá mucha más producción que si la hacemos mecánica. En muchos casos no compensa mecanizarla. Nos rinde más la poda manual y selectiva. Para realizar este curso de poda demostrativa utilizamos material muy sencillo como tijeras de mano eléctricas y también unas pértigas para llegar a cortar la parte de arriba. Y serrucho o incluso motosierra para ramas más gordas.”
Bernat Ramis cuenta que él cuando ve un árbol puede identificar si ese año va a dar una buena cosecha o no y puede hacer un diagnóstico, pero afirma que la solución tarda un tiempo. El profesor explica que “Con todas las plantaciones de viña y de olivera que hay en las islas, faltan podadores”. Siendo estos trabajos inminentemente manuales y que difícilmente puedan sustituirse por podas mecánicas.
“El coronavirus ha servido para que la gente tome conciencia de la importancia de la producción agraria en nuestras islas. Y el consumidor pida producto ecológico, de proximidad. Además, la labor de poda forma parte esencial del mantenimiento de las frutales y por tanto, el mantenimiento de un medio rural adecuadamente conservado de las Illes Balears”, finaliza Ramis.