Le ha prometido usted a nuestra presidenta, la señora Francina Armengol, que en breves fechas se desplazará hasta aquí, las Illes Balears, para explicarnos a todos en general y, en particular, a los empresarios y sectores económicos afectados por los estragos de la pandemia las medidas ejecutivas que usted misma y sus compañeros de equipo, encabezados por el presidente Pedro Sánchez y el vicepresidente Pablo Iglesias, pondrán en marcha de forma inminente para ayudarnos a salir de la terrible crisis económica que padecemos.
Nos emplaza usted, pues, a un momento futuro sin determinar y, también, sin cuantificar ni concretar en qué consistirán sus medidas de apoyo. Por tanto, poca cosa por no decir nada.
Ministra, de verdad: ya está bien de palabras vanas, de promesas que se las lleva el viento y de fútiles castillos en el aire cuando nuestra economía, nuestras empresas, nuestros puestos de trabajo y nuestros proyectos vitales se derrumban en el barranco de la crisis mientras ustedes, los que nos gobiernan, siguen apoltronados en sus enmoquetados despachos y enfrascados en vacuas peleas internas en el seno de un gobierno de coalición que pone más énfasis en evidenciar sus egoístas diferencias que en solucionar los problemas de aquellos que les pagamos sus suculentos salarios.
Seguro que en su visita madrileña a su ministerio, nuestra presidenta, la señora Armengol, le explicó que el Producto Interior Bruto de les Illes Balears se ha precipitado a la baja el año pandémico pasado en un 28%, mientras el del resto de España lo ha hecho en un 13%. Una diferencia sustancial. La que va de un dato pésimo a otro catastrófico.
Igualmente catastróficos son los índices del paro registrado en nuestra comunidad –que ha crecido en un 50%–, los de la caída en un 51% de los contratos laborales registrados, los del retroceso en la matriculación de vehículos –45,67% menos en relación a 2019– y, para no extendernos, todos los relacionados con el turismo, nuestra principal fuente de riqueza: 87,4% menos turistas internacionales en 2020, 77,5% menos pasajeros transitando por nuestros aeropuertos en el mismo período, 87,6% de caída en el gasto turístico y un 90% menos de pernoctaciones hoteleras. ¿Necesita usted alguna cifra más para intentar ponerse en nuestro lugar, ministra?
Conclusión: la crisis es incuestionable y ni por arte divino ni a través de un milagro celestial saldremos incólumes de esta.
Señora vicepresidenta ministra Calviño:
Su papel, y el del Gobierno de España del que forma parte, es desatascar y volatilizar los problemas que hasta ahora no nos permiten ver el futuro. Créditos a devolver y pequeñas aportaciones económicas para ir tirando en estado comatoso no son la solución. Son la tirita que pretende taponar la ingente hemorragia. Caramelitos de menta para enfermos terminales.
Lo que le exigimos, ministra, es que ponga en marcha planes de recuperación económica, empresarial, laboral y social similares a los ya implantados en países donde –¡qué suerte tienen ellos!– gozan de gobiernos más implicados en apoyar las aspiraciones de sus conciudadanos que en pelearse alrededor de la mesa del Consejo de Ministros.
Reducir drásticamente la presión fiscal, eliminar todas las trabas burocráticas, inversión pública potente en sectores de futuro, facilitar desde el BOE las iniciativas privadas, apoyar de verdad la creación de empleo y no la vagancia de los inútiles, y acabar con los dispendios desnortados y excesivos de las administraciones públicas solamente para favorecer a los amigos y parientes culocontentos son medidas que usted, si quiere, puede impulsar. Si quiere y, claro, le dejan.
Eso es lo esperamos de usted, ministra. Y si por hacerlo, finalmente, no nos visita, no se preocupe que no se lo tendremos en cuenta. Realmente, aquello que de verdad queremos y necesitamos como el aire para respirar es que nos haga la vida más fácil y no que se desplace montada en el Falcon oficial hasta nuestras islas para hacerse una foto y, poco después, regrese a la sede madrileña sin saber si ha estado en la isla de Palma, La Palma de Gran Canaria o en La Palma del Condado.
Haga bien su trabajo, ministra, y por favor déjese de fotitas para la propaganda.