El municipio de Santanyí, donde hace años que se reivindican mejoras, la situación se ha agravado todavía más, en especial en dos núcleos del término: Calonge y Son Moja.
En Calonge se ha eliminado la parada situada en la plaza Sant Miquel, y solo queda la que está en la calle Castell. En este punto, los autobuses necesitan maniobrar varias veces en un punto crítico de la circulación del pueblo. Es más, el vehículo ha de hacer marcha atrás con poca o nula visibilidad para llegar a la parada, e incluso, invadir el carril contrario y pasar por encima de un paso de peatones mientras se desplaza también marcha atrás. De hecho, la maniobra que realiza el autobús podría llegar a ser sancionada por incumplir las normas de circulación.
Según ha explicado la alcaldesa de Santanyí, Maria Pons, "esta situación es insostenible. Se suponía que el nuevo TIB tenía que suponer una revolución para el transporte en la isla, que sería puntero en Europa y, en concreto en nuestro municipio solo vemos que crea peligro o situaciones de agravio comparativo con otros municipio. En Calonge, cualquier día tendremos un susto que podríamos lamentar, en especial cuando volvamos a tener turistas. Y no lo decimos solo los políticos, los vecinos nos lo han trasladado desde el primer día que se puso en marcha el nuevo servicio".
Por otro lado, hay que sumar la situación de Son Moja. El Consorci de Transports
de Mallorca también ha eliminado una parada, la única que había en el núcleo y solo han dejado la de la playa de Cala Santanyí, situada a 800 metros. Una distancia relativamente corta pero que se debe de hacer a pie por un tramo de carretera sin acera y con rampas con un gran desnivel.
Maria Pons ha insistido en el hecho que "no podemos consentir que Son Moja, aunque sea un núcleo pequeño, sea maltratado de esta manera, dejando a sus vecinos sin servicios esenciales. El Consorci de Transports ha propuesto una parada en la entrada del núcleo justo a la bajada de una rampa muy pronunciada, con el peligro que supone para la gente, en especial para los más mayores. Si la parada que teníamos ahora no va bien, la podemos cambiar donde sea mejor, pero en ningún caso ha de estar fuera del núcleo".
Estos son los ejemplos que más llaman la atención de los vecinos de Santanyí, pero hay otros que también han llegado al consistorio, como por ejemplo el aumento de las tarifas para algunos trayectos. Hasta la entrada en vigor del nuevo convenio, ir de Cala Figuera a Santanyí, un trayecto de dos kilómetros y medio, costaba 80 céntimos, hoy en día cuesta 1,80 euros.
El regidor de Transports de Santanyí, Joan Gaspar Aguiló, asegura que "cada semana recibimos comentarios, quejas y solicitudes de vecinos que trasladamos inmediatamente a la Conselleria. Pero es evidente que no nos escuchan. El Ajuntament ha dicho muchas veces que hay núcleos del municipio que no están bien conectados con servicios tan básicos como el Hospital de Manacor. Un vecino de s'Alqueria no puede ir a su centro médico de referencia sin tener que hacer trasbordo en Campos, convirtiéndose un trayecto de 30 minutos en un viaje de una hora y media, como mínimo".
Es por todo esto que el equipo de gobierno del Ajuntament de Santanyí presentará una moción en el próximo pleno municipal que se ha de celebrar a finales de este mes de febrero, reclamando la mejora de todas las líneas y frecuencias, como anunció públicamente el conseller de Movilidad, Marc Pons. También se pide una reunión con todos los municipios de Mallorca para estudiar como cubrir las necesidades de cada uno de ellos y mejorar realmente el servicio de transporte.
Y del mismo modo, se reclamará la aplicación de nuevas tarifas tanto de tren como de bus, que no sean discriminatorias con ningún usuarios y que dejen de penalizar a aquellos que menos lo utilizan.