En 1948, el empresario decidió iniciar su aventura en el mundo de los negocios. Así nació Casa Juliá, un emblemático negocio de Ciutat que con el paso de los años ha sabido adaptarse a los cambios y a los nuevos tiempos.
Precisamente, la empresa nació como un negocio que vendía productos de droguería, para convertirse con el paso de los años en una tienda especializada en el mundo de la fotografía y finalmente, reinventarse en plena crisis económica para dedicarse a la pintura industrial. Actualmente al frente de Juliá Pinturas y Decoración está la tercera generación de la familia Juliá.
Desde Juliá Pinturas y Decoración han agradecido el "trabajo, implicación y visión" de Lorenzo Juliá para lograr que Casa Juliá "sea lo que es hoy: Juliá Pinturas y Decoración" y añaden que "aunque hayan pasado años y generaciones, las tiendas de Juliá Pinturas siguen trabajando bajo los valores que nos dejó Don Lorenzo: “Asesorar al cliente y darle una respuesta a sus necesidades”, sin duda, toda una referencia".