Sus tareas, entre otros, son informar de cualquier acto que atente contra la conservación de los bienes y espacios naturales. Se encargarán de controlar cual es el estado de los caminos e infraestructuras municipales.
Vigilar si hay algún tipo de vertido ilegal, desbordamientos en áreas de aportación, incidencias en el servicio de recogida de residuos. También se desarrollarán el control y vigilancia de actividades lúdicas, deportivas, culturales o de cualquier carácter que afecten al medio ambiente.
La regidora de Medi Ambient, Catalina Soler, "era un servicio que el Ajuntament tenía que recuperar. Hacía más o menos medio año que se había dejado de vigilar el entorno rural. Estas personas que controlarán no están autorizadas para poner denuncia, por este motivo estarán en permanente contacto con la Policía Local y otras instituciones para comunicar las incidencias que correspondan".
El servicio de vigilancia rural se hará tanto de día como de noche con el único objetivo de tener controlado y detectados los posibles infractores. El contrato tiene un coste anual de 75.770,58 euros IVA incluido y tiene una duración de dos años prorrogable a dos más.