Víctor Sánchez, portavoz de la plataforma Resistencia Balear, ha emitido un comunicado en redes sociales en el que asegura que "llega un momento en el que hay que saber dar un paso a un lado, nadie podrá decir que no lo hemos intentado".
Así, Sánchez reconoce que "las sanciones que nos han impuesto nos endeudan por el resto de nuestras vidas. Estamos condenados para siempre. Y no solo nosotros, también nuestras familias".
"Sentimos mucho cariño por parte de mucha gento y eso nos animaba a seguir y seguir adelante, a gritar más fuerte. La pelota se hizo grande y sinceramente, como humanos que somos, nos dejamos llevar por esa euforia provocada por una situación que sin darnos cuenta se nos estaba yendo de las manos", ha reconocido Sánchez.
Un Sánchez que lamenta que "me di cuenta que yo estaba en el punto de mira de un rabioso sector de la población que empezó a odiarme a muerte, incluso a desearme la muerte. Hemos sufrido amenazas, insultos, acoso y todo tipo de comentarios llenos de un odio inusitado hacia mí y hacia mis compañeros".
La extensa nota finaliza diciendo que "pedimos disculpas a todo aquel que de una manera u otra, con nuestras acciones, se haya sentido ofendido. Nunca fue esa nuestra intención. Solo fue el grito desesperado de un grupo de personas que humildemente pedían ayuda".
A continuación reproducimos íntegro el comunicado publicado por el propio Víctor Sánchez en su perfil de redes sociales:
Jaque Mate…
Hemos perdido, he perdido, para que nos vamos a engañar. Nos hemos enfrentado a un gran poder sin más armas que la ilusión, nuestra voz y nuestra desesperación. No voy a negar que durante un tiempo llegué a pensar que podríamos conseguir algo de ayuda que nos beneficiara a todos, pero no ha sido así. Y no solo he perdido yo, también mis compañeros. Las sanciones que nos han impuesto nos endeudan por el resto de nuestras vidas. Entre las deudas de nuestras empresas y las multas que nos ha puesto el Govern, estamos condenados para siempre. Y no solo nosotros, también nuestras familias y, tal vez, todo el que se haya acercado a nosotros… Y eso, a mí personalmente, es lo que peor llevo: el haber defraudado a la gente que más quiero.
Cuando empezó todo esto tengo que confesar, que a nivel personal, jamás imaginé que mi grito de desesperación pudiera tener tanta repercusión y llegar a sonar tan fuerte. Incluso, me llevó a salir en la tele y tener a todos los medios de comunicación llamándome constantemente. Pero, sobre todo, jamás me imaginé que sería capaz de provocar que miles de personas salieran a la calle no una, sino 3 veces, para manifestarse y gritar conmigo pidiendo ayuda. Jamás me lo hubiera podido imaginar. Y no voy a negar que fue una de las mejores experiencias de mi vida y estoy muy orgulloso de haber tocado la fibra más sensible de todo aquel que creía en esta causa y dar las gracias porque no me dejaron solo.
Durante un tiempo mucha gente con la mejor intención se sumó a ese llamamiento, dando ánimos, ofreciéndonos ayuda, soluciones, propuestas. Sentimos mucho cariño por parte de mucha gente y eso nos animaba a seguir y seguir adelante, a gritar más fuerte. La pelota se hizo grande y sinceramente, como humanos que somos, nos dejamos llevar por esa euforia provocada por una situación que sin darnos cuenta se nos estaba yendo de las manos…
Cometimos muchos errores. De repente, en los últimos días esa sensación tan bonita que sentimos durante un tiempo, estaba cambiando. De pronto, a nivel personal, me di cuenta que yo estaba el punto de mira de un rabioso sector de la población que empezó a odiarme a muerte, incluso a desearme la muerte. Hemos sufrido amenazas, insultos, acoso, todo tipo de comentarios llenos de un odio inusitado hacia mí y hacia mis compañeros. Estamos siendo cruelmente atacados desde todos los medios de comunicación, redes sociales, por la calle… Siento incluso miedo, no solo por mí, sino por mi familia y por mi gente más cercana. Hay que vivirlo para saber lo mal que se pasa estando un día y otro y otro siendo amenazado. Y yo, sinceramente, no quiero eso. Jamás lo quise, pero ingenuo de mí, ahora me he topado de frente con una realidad que jamás me hubiera imaginado. Poder descubrir que hay tanta y tanta gente tan mala y con tanta rabia hasta el punto de desearnos la muerte, simplemente por luchar por algo que creíamos justo para todos.
De seguir en esta línea, ya tengo claro que la cosa no pinta bien. Va a acabar muy mal para los que formamos parte de este proyecto. No solo por nosotros, por supuesto tenemos que pensar en nuestras familias y nuestra gente más allegada. Ninguno de nosotros hemos sido nunca personas violentas, no le hemos deseado el mal a nadie. A mí personalmente me gusta la vida, la alegría, trabajar, mis proyectos…y me gustaría, si no todo, porque ya es imposible, recuperar algo de eso en la medida de lo posible y que mis compañeros puedan recupera su vida.
Por eso llega un momento en el que hay que saber dar un paso a un lado. Nadie podrá decir que no lo hemos intentado con todas nuestras fuerzas. Podéis llamarnos cobardes. A mi podéis llamarme lo que queráis. Seguramente no superaréis los mensajes de odio y amenazas que estamos recibiendo estos últimos días. Espero que comprendáis que esta decisión es muy dura para todos nosotros, ya se que tenemos el apoyo de muchísima gente que nos anima a seguir en esta lucha, pero me gustaría que todos entendierais lo complicada que es en este momento nuestra situación. No solo la mía, también la de mis compañeros de plataforma y la de todas nuestras familias
Os pido empatía, que os pongáis por un momento en nuestra piel. Que comprendáis lo peligroso que es para nosotros seguir este camino. Nos han avisado por diferentes canales de que van a por nosotros y tenemos todas las de perder, que a mi me daría igual, pero no quiero dejar en la más absoluta ruina a mi familia ni a mis compañeros. Estas movilizaciones nos han creado una deuda que seguramente no podremos poder pagar jamás, nos dejan sin recursos para poder seguir en el día a día. En definitiva, nos han fulminado.
Agradecer todo el cariño, el calor de todos y cada uno de los que nos habéis apoyado a mí y a mis compañeros. Os hemos sentido muy cerca. Jamás me hubiera imaginado recibir tanto cariño de tantísima gente. Ha sido una experiencia increíble. Fue muy bonito mientras duro, pero la partida ha terminado. Siento si alguien que esté leyendo esto se pueda sentir defraudado. Es comprensible, pero la realidad es que nos han aniquilado. Han disparado a dar y nos han herido de muerte.
Seguiremos nuestro día a día, ayudando en la medida de nuestras posibilidades y desde la humildad a quienes podamos. Pero de una manera discreta y sencilla, sin prensa ni radio ni grandes aspavientos, seguiremos como uno más.
Pedimos disculpas a todo aquel que de una manera u otra, con nuestras acciones, se haya sentido ofendido. Nunca fue esa nuestra intención, solo fue el grito desesperado de un grupo de personas que humildemente pedían ayuda.
Plataforma Resistencia Balear