Según la normativa vigente, en el municipio se pueden establecer multas de hasta 3.000 euros en el caso de las sanciones muy graves, hasta 1.500 euros las graves y 750 euros las leves. "No se trata de una acción con intención recaudatoria, sino que lo que queremos es concienciar de que el espacio público es de todos y que desde el respeto y la buena convivencia se puede tener un municipio mejor"; ha dicho el alcalde, Éric Jareño.
Actualmente, el equipo de gobierno ha mostrado su preocupación por el vandalismo. "Nos hemos encontrado mobiliario roto, señales arrancadas y carteles partidos, entre otros travesuras y pensamos que es el momento de recriminar estas conductas incívicas", ha contado el teniente de alcalde de Medi Ambient, Guillem Roig. La última acción que ha denunciado el Ajuntament son los carteles de las zonas de playas en las Urbanizaciones. Este mobiliario ha sido objeto de pintadas y se han roto algunas piezas, por lo que deben sustituirse.
Por otro lado, cabe destacar que este tipo de hechos suponen un trabajo extraordinario de reparaciones y sustituciones por parte del personal municipal. "Los actos incívicos hacen que el personal de la brigada municipal haya de invertir tiempo, cuando podrían estar haciendo otras acciones más valiosas para nuestro municipio; además del coste que supone la substitución de material roto", ha comentado el teniente de alcalde de Manteniment Urbà, Bernadí Vives. Además, cabe tener en cuenta que el mobiliario roto supone un peligro para la ciudadanía.
Por parte de la Policía Local, se prestará especial atención a estos hechos. "Aparte del coste económico, es la mala imagen que se da, por ello hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que denuncie estos hecho", ha declarado Jareño. El equipo de gobierno se ha comprometido a perseguir el vandalismo y las conductas incívicas que perjudican la convivencia en el municipio y dan una mala imagen a los visitantes.