Tras más de quince años cantando ópera en las calles de Palma, "mi triunfo televisivo no me ha supuesto ningún cambio en el día a día. Yo sigo cantando en la calle, exactamente igual que antes", ha señalado Abanovich.
Naida ha visto cómo la pandemia le ha obligado a renunciar a los trabajos ocasionales en hoteles y restaurantes que le ayudaban a llegar a final de mes. "Los artistas, ahora mismo, no tenemos trabajo. Hasta mayo, hasta junio, no tendremos opción de volver a trabajar. Y menos mal que ahora el tiempo ha mejorado un poco y hay algo más de gente por la calle. En los peores momentos no conseguía ganar más de dos o tres euros por cada hora que cantaba en la calle", ha reconocido Abanovich.
"Yo tengo una pensión no contributiva. Todo lo que tengo lo gasto en pagar el piso. Y sí, tengo que ir a pedir a la iglesia para poder desayunar", ha señalado Naida, de carácter fuerte, siempre optimista, quien confía en que su talento le permita salir adelante de esta crisis provocada por la Covid-19.