"La gente se queja mucho, como es natural. La sala de espera es muy pequeña y el acceso está muy complicado. Ya lo dijimos el primer día. Mira que nos quejamos. Pero da igual, no nos hacen caso. Nosotros somos conscientes de que no somos más que un número y lo tenemos asumido, pero nos sabe mal por los pacientes", asegura Maria Teresa Coves, portavoz de los trabajadores del ambulatorio de El Carme.
Entre las deficiencias de la nueva ubicación, los trabajadores explicaron que la falta de espacio era un hándicap. No se pueden mantener las distancias de seguridad y la ventilación recomendada en tiempos de Covid. Aseguran, además, que no se pueden agilizar las visitas y que se corre el riesgo de aumentar las listas de espera.
En el Hospital General hay una treintena de pacientes diagnosticados con Covid-19. Una situación que no solo preocupa a los trabajadores, sino que también afecta a muchos pacientes, quienes, en muchos casos, no quieren permanecer en la sala de espera hasta ser atendidos. Los trabajadores ya han reivindicado su deseo de someterse a pruebas PCR, pero lamentan que todavía no han recibido ninguna respuesta por parte de la Conselleria.