De seguir con el ritmo actual, la anhelada inmunidad de rebaño no se conseguirá ni en verano, ni en otoño, ni siquiera el año que viene. El calendario nos situaría en el mes de julio de 2027 para salir del túnel pandémico en el que nos encontramos varados. Una fecha demasiado lejana, donde los estragos sanitarios, económicos y laborales del coronavirus ya habrían arrasado con cualquier tipo de esperanza en nuestra comunidad.
Además de comprobar que las dosis enviadas desde el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España nos dejan en el furgón de cola entre el resto de comunidades autónomas, las cifras oficiales del departamento del candidato socialista catalán, Salvador Illa, también confirman, negro sobre blanco, que se vuelve a repetir la falta de suministro de productos anti-covid que ya sufrimos en el primer confinamiento.
La portavoz del Govern, Pilar Costa, aseguró que "está prohibidísimo que cualquier comunidad autónoma, incluso cualquier Gobierno de los países que están en la Unión Europa, pueda acudir a cualquier laboratorio autorizado a comprar más dosis de vacunas. La compra y el reparto de la producción que hacen las empresas que ya están autorizadas se hace desde Europa".
Pues Alemania ha dejado de pertenecer a Europa o, una vez más, las aportaciones informativas vertidas desde el atril de la sala de prensa del Consolat de la Mar navegan sin rumbo y muy alejadas de la realidad.
El Gobierno de Angela Merkel, con el respaldo que le confiere su capacidad económica, ha decidido, sin pedir ningún tipo de permiso a Bruselas, adquirir fuera de la Unió Europea 30 millones de dosis para acelerar su propio proceso de vacunación. Se trata de inmunizar cuanto antes a sus ciudadanos para poder salir lo más pronto posible de la enfermedad y de la crisis económica provocada por la Covid-19. 30 millones de dosis en una primera remesa que, después, se irá incrementando a medida que el proceso de inmunización vaya cogiendo fuerza.
Nos encontramos pues, que una vez que llegue el verano, es muy posible que nuestros turistas alemanes ya estén preparados para volver a disfrutar de sus deseadas vacaciones en nuestro archipiélago, pero que nosotros no estemos preparados, ni vacunados, ni inmunizados para poder recibirlos. La Europa de las dos velocidades quedará entonces patente una vez más. Con España, por supuesto, en el furgón de cola.
Mientras la temporada turística se aleja cada día un poco más, la recuperación económica se posterga sine die y la crisis y el paro siguen ahogando a los baleares, la consellera portavoz, que portavocea poco dicho sea de paso, seguirá agarrada a fútiles palabras que nos mantienen en el barro, alejándonos todavía un poco más de la salida de este maldito túnel.