No se vislumbran grandes alegrías en los próximos días. El personal sanitario del hospital de referencia, Son Espases, ya aceptó a principios de semana renunciar a sus vacaciones por "responsabilidad social". A cambio pedían mayores restricciones entre la población.
No son pocas las voces expertas que han alertado de un escenario "mucho peor" tras las fiestas navideñas. Por su parte, desde el Govern extreman la vigilancia para evitar fiestas ilegales durante la Noche Vieja y el Año Nuevo.
Mientras, Son Espases, Son Llàtzer y el Hospital de Inca, suspenden toda actividad quirúrgica programada. Tal solo se realizan operaciones urgentes, el resto deberán esperar. Además, la falta de profesionales de enfermería no ayuda.
Aunque los centros hospitalarios estén casi llenos, no habría dificultad en habilitar nuevos espacios con camas y respiradores. Además, siempre queda recuperar el hotel medicalizado, el Melià Palma Bay. Una baza que el gobierno Armengol no descarta.
El problema en este caso no son las camas hospitalarias ni el material sanitario, si no las manos que lo utilicen. Faltan enfermeros para atender. Un hecho que desde el Colegio Oficial de Enfermería y desde el sindicato SATSE, achacan a la falta de un plan de contingencia por parte del IB-Salut.
Ante semejante escenario no nos queda otra que apelar a la responsabilidad individual y colectiva para frenar el crecimientos de contagios.