Según ha informado la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio este domingo en una nota de prensa, el estudio, realizado por el equipo del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Salamanca formado por Ana Pérez Cembranos y Valentín Pérez Mellado, ha analizado la densidad poblacional en cada uno de los islotes que forman parte del espacio natural protegido.
Los investigadores han podido visitar los lugares y han realizado transectos lineales de los individuos en horario de máxima actividad de los ejemplares. Esta metodología, ha explicado la Conselleria, ha permitido, hacer estimaciones fiables sobre la densidad poblacional y compararlas con el resto de años.
El equipo ha destacado los resultados de las tareas realizadas en el islote de Es Vaixell, donde la población de sargantanas pitiusas se descubrió en 2010 y las condiciones de vida son "extremas". Los valores poblacionales, pues, han superado los 10.000 individuos por hectárea, con un notable incremento respeto al pasado año 2019, cuando la cifra estaba alrededor de 7.950 individuos por hectárea.
Los investigadores también han subrayado el "excelente" estado de las poblaciones en na Gorra y s'Espartar, además de la estabilidad de la población en la Illa des Bosc.
RESULTADOS DE LA CAMPAÑA EN CADA UNO DE LOS ISLOTES
Por islotes, los investigadores han detallado que la Illa des Bosc muestra una población estable con unos 400 individuos por hectárea; en Conillera, la población es igualmente estable, con una densidad poblacional que gira alrededor de los 600 individuos por hectárea; y en Na Plana, la densidad de ejemplares se sitúa en unos 600 individuos por hectárea, un resultado ligeramente inferior al año pasado, cuando estaban alrededor de 890 individuos por hectárea, pero en rangos muy similares, que indican el buen estado de la población.
Respecto a cómo es la situación en otros islotes, el estudio ha señalado que en Escull Vermell, se mantienen valores de densidad "excepcionales", que se sitúan alrededor de los 3.000 individuos por hectárea. En 2019, la cifra estaba alrededor de 2.370 individuos por hectárea.
En el Escull de s'Espartar, los investigadores han determinado que la población se encuentra alrededor de unos 760 individuos por hectárea, unos valores inferiores a los años anteriores --alrededor de 1.020 individuos/ha en 2019-- que pueden venir dados por la menor disponibilidad de alimento.
Mientras, en S'Espartar los índices de densidad poblacional, más de 1.000 individuos/ha, ratifican el buen estado de la población, a pesar de haberse detectado una ligera disminución respecto del año pasado, cuando era de 1.335 individuos/ha.
El equipo investigador ha apuntado que la causa más probable de esta oscilación sea la disponibilidad fluctuante de alimento, puesto que la cubierta vegetal del islote tiene unas condiciones diferentes a las del resto.
En Espardell de s'Espartar, el estudio ha indicado que la densidad de población tiene una tendencia a la alza, con unos 760 individuos por hectárea; en Na Bosc, la densidad de ejemplares detectada este año, alrededor de los 1.900 individuos por hectárea, supera la de los años anteriores y la sitúa como población con excelente estado de conservación; y, en Na Gorra, el censo ha coincidido con malas condiciones meteorológicas, a pesar de que se han contabilizado unos 1050 individuos/ha. El año pasado, la densidad era mayor, con unos 1540 individuos/ha. La bajada se ha debido, según el estudio, a las condiciones climáticas inadecuadas.
En Es Vedrà, los investigadores han determinado que este año no ha sido posible recopilar datos de la zona debido a las condiciones meteorológicas. Sea como fuere, han destacado, la tendencia es ascendente, puesto que en 2019 se registraron 1.280 individuos/ha.
Finalmente, en Es Vedranell, el estudio ha indicado que mantiene densidades elevadas, cerca de los 1.000 individuos/ha. Este año se han obtenido los valores más elevados de los últimos años, lo cual ha reflejado un estado óptimo de conservación de la especie.
Desde la Reserva Natural han destacado que estas cifras no sólo indican la buena salud de la especie, sino que también sirven como indicador que ratifica que el espacio natural protegido se encuentra en buen estado de conservación.
