Según ha informado el presidente de Consubal, el martes 22 de diciembre por la tarde empezó a tener síntomas de COVID-19. Al día siguiente el miércoles solicitó hacerse la prueba PCR en el centro de Salud de Santa Ponça, resultando ser positivo.
"A partir de ese momento, todo ha resultado ser un desastre", ha aseverado Rodríguez, quien ha lamentado que "más de 72 horas después de haber sido diagnosticado de COVID todavía no ha llamado ningún rastreador para saber con quien había estado más de 15 minutos en los últimos días".
"Cada día me he reunido, cada media hora, por la mañana y por la tarde, con dos personas para abordar el asunto de Dentix, así que, de media podría haber contagiado a unas 40 o 50 personas y estas aún no saberlo", ha enfatizado.
Asimismo, ha criticado, "nadie ha llamado a mi mujer o a mi hija tampoco todavía para que se sometan a una prueba PCR cuando conviven conmigo a diario".
Con todo, ha apuntado, "a mi como paciente COVID solo me llamaron el pasado jueves, el día después de dar positivo, para hacerme un seguimiento, después ya nadie se ha vuelto interesar por mí. Por suerte estoy mejor, pero podría no estarlo, incluso haber muerto y nadie se habría dado cuenta".
"Este viernes, 25 de diciembre, llamamos nosotros para advertir de que aún nadie había llamado para hacer las gestiones que corresponden al rastreo. La única respuesta que obtuvimos fue no se preocupen, estamos saturados", ha concluido lamentándose de la situación.