Tres días después era viernes 18 y el señor Tezanos, jefe del CIS, declaró que “la Monarquía solo le preocupa al 0,3% de los españoles” aunque también manifestó sentirse sorprendido por tal respuesta de los encuestados, es de suponer que por lo mucho y mal que la Monarquía está apareciendo en la prensa. Quizás Tezanos no se dio cuenta de que, con su sorpresa, no dejó de insinuar cierta desconfianza hacia el trabajo del CIS que él mismo dirige.
En busca de alguna lógica entre ambas declaraciones, lo primero que supuse es que Sánchez había llamado a Tezanos para que apagara el incendio provocado tres días antes por Campo con argumentos como el de “ya sabes que a veces todos metemos la pata” y similares, algo muy normal entre importantes que navegan sobre aguas turbulentas y en el mismo barco.
Imaginé también que Tezanos le respondió a Sánchez qué lo haría, pero, ante los medios, se dejó llevar por el natural impulso de no incluirse a sí mismo entre los 48 millones de minusválidos mentales que debe pensar que somos quienes le pagamos el sueldo, y optó por manifestar la mencionada sorpresa.
Pero también debió sentirse el del CIS obligado a desmontar parte de la demagogia que incluía su primera respuesta, aclarando durante la entrevista que “el porcentaje de los españoles que colocan la Monarquía entre sus tres principales preocupaciones, es de un 0,3%”, una afirmación que sí corresponde a la pregunta que el CIS presenta a los encuestados y que es muy distinta a lo de que “la Monarquía solo le preocupa al 0,3% de los españoles”.
Al margen del exceso monárquico de Tezanos que ha servido para deformar la verdad desde los titulares, se me ocurre que millones de españoles tenemos más de tres preocupaciones al mismo tiempo.
Antes de que se me olvide, aprovecho para pedir la dimisión de Tezanos, pero, además, como me fío más de lo que pueda decir un ministro que esté de los nervios en medio de una rueda de prensa*, he decidido investigar en el mismo CIS del que Tezanos selecciona los datos que después nos cuenta.
Para ello he accedido a http://datos.cis.es/pdf/Es3303marMT_A.pdf
donde se puede consultar el avance de resultados del Barómetro de diciembre, publicado hoy mismo, y que le sirvió a Tezanos para decir lo del 0,3%.
En el CIS de diciembre la palabra “Monarquía” aparece únicamente, de un total de 79 preguntas (32 más las derivadas parciales), en la 15 y la 16, más otra incluida en la submuestra de Catalunya. Dicen lo siguiente:
“Pregunta 15 ¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?”
“Pregunta 16 ¿Y cuál es el problema que a usted personalmente, le afecta más? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?”
Ambas preguntas incluyen, cada una, un mismo listado de 60 “problemas” de entre los que cada encuestado solo puede elegir 3. El “problema” “La Monarquía” aparece en los puestos 39 y 48 para las preguntas 15 y 16 respectivamente.
Abro paréntesis para, ya que estamos con encuestas, preguntarle a usted que está leyendo si no le parece lo normal que si alguien va preguntando a la gente sobre los tres problemas más importantes y las respuestas que ofrece son, por ejemplo, “respirar”, “beber” y “comer” más otras 57, un gran porcentaje de encuestados conteste en primer lugar esos tres. Y que porcentajes menores responderán “vestirse”, “peinarse” o “lavarse los dientes”, por ejemplo, y muy pocos elegirán “recibir una felicitación navideña del rey de España”, si también estuviera en el cuestionario.
Me he permitido esta comparación tan simple porque en las preguntas 15 y 16 citadas el CIS, entre 60 “problemas” distintos que ofrece a los encuestados, se incluyen respuestas como “la crisis económica”, “El Covid-19” o “el paro” que, como es natural, resultan ser los que más preocupan. Entre los 57 “problemas” restantes se incluyen otros, como “la Monarquía”, “los nacionalismos”, “la inseguridad ciudadana” o “el tener que estar enclaustrado en casa” y, no me lo podía creer, todos esos preocupan menos que “la Monarquía”.
He entrecomillado “problemas” porque no deja de sorprender que el CIS mezcle hechos con instituciones en la misma categoría de “problemas”.
La pregunta del CIS de diciembre referida a Catalunya dice lo siguiente:
Pregunta CX2 ¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que tiene Cataluña en la actualidad? ¿Y el segundo?
En este caso el CIS solo pide al encuestado dos problemas, como si los catalanes vivieran mejor que el resto de españoles y, además, el listado de respuestas posibles lo limita a 36 “problemas” referidos a Catalunya, no repito la comparación. En este caso, el “problema” “La Monarquía” aparece en el puesto 32 y solo preocuparía al 0,1% de los catalanes, puede usted reírse, pues el primer problema, con un 35,1%, es “La independencia de Catalunya”, y no es que Felipe VI pasara desapercibido, ni en octubre de 2017 ni cada vez que viaja a Catalunya.
Volviendo al ministro de Justicia, es lógico pensar que se trata de una persona mejor informada de los problemas de España que la mayoría de los españoles, al margen de que el “problema” denominado “la Administración de Justicia” preocupe más que “la Monarquía”. Y en Catalunya lo mismo, es decir, un pequeñísimo 0,1%, lo cual es para volver a reírse del CIS y su Barómetro.
Por tanto, se deduce que el señor Campo se encuentra entre el 0,3% de personas que el señor Tezanos dice que piensan que la Monarquía es uno de los tres problemas más importantes, pues el ministro acaba de decir que “si quitamos esa pieza del arco se derrumba todo” y eso no sería un problema, sino un problemón.
La gran mayoría de políticos del postfranquismo en que vivimos han protegido y siguen protegiendo a la Monarquía con mentiras en general y manipulaciones de la demoscopia en particular, un comportamiento que viene de lejos. De hecho, sin tales maniobras en el pasado la realidad de España sería hoy muy otra, y es difícil imaginar que peor.
Será necesaria una segunda entrega para analizar y denunciar algunos de los detalles de una demoscopia manipulada que también ha contribuido a colocarnos al borde del caos político en el que nos encontramos.
(*) Cuantos lapsus del tipo “el pueblo y el alcalde” o “el suyo, beneficio, político” nos perdimos en todas las ocasiones en las que Rajoy decidió colocar un plasma entre él mismo y la realidad, especialmente durante su primera legislatura.