Según ha informado la Conselleria en un comunicado de prensa, después de las sucesivas visitas que el equipo del Servicio de Salud ha realizado a los centros se ha constatado que las medidas que han adoptado han sido insuficientes para frenar la propagación de la COVID-19.
En cuanto a Sèniors Pollença (Mallorca), que tiene 110 usuarios, el brote afecta a 14 residentes y cuatro trabajadores. Tres de los usuarios están hospitalizados y el resto serán valorados para poder darles el recurso más adecuado para cada uno: hospital o residencia puente del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS). El brote se detectó el pasado día 5 de diciembre, con dos usuarios positivos, y se programó el cribado de los contactos estrechos el día 6, y del resto de usuarios el día 8.
Por otro lado, los días 4, 5 y 6 también se realizó el cribado quincenal de trabajadores. El día 5 ya se suspendieron las visitas por el riesgo de contagio; el día 6 se dio formación 'in situ' a los profesionales y se ordenaron circuitos y procedimientos.
Respecto a Sèniors Inca (Mallorca), que tiene 104 usuarios, este es el segundo brote que se registra. Afecta a cuatro usuarios, todos en el hospital, y a siete trabajadores. El brote se detectó el pasado 27 de noviembre, cuando una trabajadora dio positivo. Tras los resultados se han realizado varios cribados detectando así más positivos. Las visitas se han mantenido a pacientes que no son positivos y que no son contacto estrecho.
En la residencia Sant Lluís de Menorca, que tiene 23 residentes, se han detectado dos usuarios positivos, que están hospitalizados, y un trabajador contagiado. El brote se detectó el pasado día 6 y el día 7 se realizó el cribado del resto de residentes, todos considerados contacto estrecho. Mientras, se han suspendido las visitas y se ha impartido formación a los profesionales. Este martes comenzaron los pasos para iniciar la comunicación con las familias.
En la residencia Vuit Vents (Mallorca), de Aspace, donde viven 21 personas con discapacidad, se detectó un positivo de una trabajadora el pasado 6 de diciembre. El mismo día se realizaron cribados en el centro y se constataron seis usuarios positivos y tres profesionales.
De esta forma, la Conselleria de Salut i Consum ha dictado una resolución para intervenir, durante 20 días, el control de la gestión sanitaria asistencial en todos los procesos relacionados con la COVID-19 de los centros de servicios sociales de carácter residencial.
Igualmente, se ha designado a una coordinadora sanitaria para coordinar, controlar, y dirigir la actividad asistencial sanitaria de los centros. A partir de ahora, el personal y los residentes se regirán por las instrucciones de la coordinadora en los procesos relacionados con la COVID-19.
El Govern ha recodado que desde el principio de la pandemia realiza un seguimiento diario de la situación en los centros, que tienen que disponer de un plan de contingencia y cumplirlo. Hasta el momento ha intervenido tres residencias de personas con discapacidad, las tres durante la segunda ola: Amadiba 325, Sa Nova Residència del Patronat Joan XXIII (Inca) y Vuit Vents (Aspace).
Asimismo, ha intervenido 11 residencias para personas mayores desde el inicio de la pandemia. Durante la segunda ola han sido Bell Entorn, Sèniors Inca (dos veces), DomusVi Can Carbonell, DomusVi Santanyí, la residencia del Hospital de Llevant, la residencia Reina Sofia (Ibiza), Es Ramal (Menorca), Sant Lluís (Menorca) y Sèniors Pollença. Durante la primera ola fueron Oasis y DomusVi Palma.
Actualmente continúan intervenidas DomusVi Santanyí, 325 Amadiba y Es Ramal.