La medida tiene un doble objetivo. El primero, hacer una gestión más sostenible de los residuos que se generan, incrementando el nivel de reciclaje y reduciendo así la cantidad de basura generada en el municipio. El segundo, reducir el gasto en incineración y, por tanto, rebajar el coste del servicio de recogida de basura bajo la premisa 'quien contamina, paga', de manera que aquellos que generen más residuos paguen más que aquellos que generan menos.
Así, cada unidad familiar dispondrá de 40 bolsas de 10 litros anuales gratuitas (60 en el caso de familias numerosas) que se repartirán durante las últimas semanas del año. En el caso de negocios grandes productores de residuos, existirá la posibilidad de disponer de contenedores estandarizados que se recogerán una vez por semana.
La implementación de la bolsa roja ha sido todo un éxito en otros municipios, llegando a conseguir más del 80 por ciento de reciclaje.