Y este año parecía que al fin se podrían estrenar las nuevas dependencias de 220 metros cuadrados, con dos consultas, una sala de urgencias y un aparcamiento propio. Pero la realidad es bien diferente: la infraestructura se terminaron en los primeros meses de 2020, después de poco más de un año de obras, y todo estaba a punto para hacer la inauguración, pero el confinamiento provocado por la pandemia de la COVID-19 obligó a aplazarlo.
Ahora han pasado los meses y el edificio sigue sin estar inaugurado y empieza a tener síntomas evidentes de deterioro. Tal como ha explicado el regidor y alcalde pedáneo de Calonge, Antoni Matas, “estamos muy preocupados por la situación de la nueva Unidad Básica de Salud del pueblo. Se trata de unas instalaciones que los
vecinos esperábamos con mucha ansia, porque el centro sanitario que todavía se utiliza está en un edificio municipal donde apenas hay espacio para una consulta y los accesos no son los adecuados. Es cierto que la inauguración se tenía que hacer en el mes de marzo, la semana antes de que se decretara el estado de alarma y el confinamiento. Pero ha pasado mucho de tiempo, pensamos que se podría haber abierto, y sobre todo, se tendría que vigilar para evitar el deterioro del edificio por la falta de uso”.
Ahora mismo en la entrada al acceso del nuevo edificio están empezando a crecer las hierbas y hay zonas con cables a la vista y tapas de alcantarillado abiertas. Por eso, la Junta de Gobierno Local del Ajuntament de Santanyí ha dirigido un escrito a la Consellería de Salud solicitando que se traslade la actividad de la Unidad Básica de Salud a las nuevas instalaciones lo antes posible.
El nuevo edificio dispone a planta baja con un vestíbulo de entrada, sala de espera, recepción, archivo de historias clínicas, sala de consultas de medicina general, sala de consultas de enfermería, sala de urgencias, almacenes y baños adaptados a personas de movilidad reducida.
