Desde FEHM y ACH consideran que "hubiera sido preferible que JET2 optara por ir evaluando por semanas, tal y como han hecho otros turoperadores, y, consecuentemente, adecuara su planificación y restablecimiento de la operativa, en función de la evolución de los datos sanitarios".
Durante este tiempo los establecimientos hoteleros han tenido que adaptarse a los protocolos de prevención higiénico sanitarios, a la constante modificación de normativas y regulaciones y a las nuevas condiciones de mercado y de comercialización. Se han tenido que flexibilizar al máximo y adaptado la operativa para ir ofreciendo un servicio confortable a los clientes bajo el paraguas de la normativa.
En definitiva, "hemos hecho un enorme esfuerzo, no sólo económico, pero ha sido en vano vista la situación sanitaria, y que no se han mantenido las buenas cifras iniciales que nos permitieron abrirnos internacionalmente a la actividad el mes de junio".
Una acumulación de circunstancias y de medidas que cada vez se hacen más cuesta arriba para los hoteleros, y dificultan el camino para poder permanecer activos. Para Balears, el mercado británico es clave y como turoperador en los últimos años Jet2 ha ido incrementando considerablemente su cartera de clientes, por lo que muchas empresas hoteleras que trabajan con JET2 se ven directamente afectadas.
Estamos ante otra decisión más que evidencia la gran cantidad de dificultades que van a tener que afrontar, los pocos establecimientos hoteleros que este verano habrán podido desarrollar una muy escasa actividad.
"Es imperativo el apoyo del estado a las empresas en materia laboral, prorrogando ERTES y ajustándolos de una forma sectorizada y adaptada a la realidad turística, que es muy distinta a la de otros sectores productivos que no están, ni de lejos, en la misma situación que el sector turístico.
Hay que reconocer las prestaciones a los trabajadores fijos discontinuos. Y no sólo eso, sino que, para garantizar la supervivencia de las empresas y el mantenimiento futuro del empleo, también hay que rebajar las cargas fiscales y tributarias por parte de las distintas administraciones. De otra manera se producirá una gran destrucción de tejido empresarial y, consecuentemente, del empleo".
Desde FEHM y ACH llevan semanas reivindicándolo, pero han hecho oídos sordos a estas peticiones. Las empresas están al límite.