Comentaba en una conversación entre amigos, algunos de ellos expertos en sanidad, que un exceso de información sobre determinados extremos, puede ser tan contraproducente como la falta de información precisa para hacer frente a una pandemia como la actual.
Reconocíamos que igual la precisión sobre el padecimiento de la enfermedad y el riesgo de muerte que, desde el principio fue recalcado en una etapa de la vida, como es la vejez, ha excluido en la mente de todos a otros, y eso, difícilmente ahora se puede modificar. Se dio a entender que a una parte de la sociedad, los jóvenes, quedaban con riesgos mucho menores, en el padecimiento de la enfermedad, así como en el riesgo extremo, la muerte.
Ahora, bajan las edades de contagio, y al reintegrarse muchos de ellos a sus domicilios pueden transformarse en focos de contagio en los hogares y sin querer, en condena para alguno de sus seres queridos. ¿Tienen en cuenta estas consecuencias por una conducta a todas luces temeraria?.
Y en todo esto, he echado en falta que las grandes organizaciones juveniles en los partidos políticos con representación parlamentaria y otros, no estén en grandes campañas de concienciación de la juventud para convencer de la bondad del cumplimiento de las medidas de las autoridades sanitarias, hasta tener un remedio que nos saque de esta situación.
Desde la política debemos trabajar en ese sentido, orientando nuestra intervención claramente hacia los jóvenes, en concienciar a los mismos hacia una clara actitud positiva con las medidas que se van implantando y que requieren la colaboración de todos. No cabe duda que desde los sectores referidos el mensaje emitido siempre será más cercano.
¿Han puesto en la mesa las consecuencias que sus conductas están produciendo en nuestra sociedad, en el agravamiento de la situación con la pandemia?
Hablada la fundamental, la sanitaria. ¿Han pensado que el contagio impide la formación de nuestros niños y jóvenes? ¿Y el trabajo?, la crisis que se está produciendo y seguirá en nuestra Comunidad, puede llegar a sus propias familias a situaciones muy difíciles y ahí, también estarán directamente afectados.
Estos problemas, van incrementándose, pero los casos de irresponsabilidad flagrante siguen apareciendo, en medios de comunicación y en redes sociales.
Estoy seguro que nadie quiere la muerte de un ser querido, quedarse sin recursos en su familia por falta de trabajo, no poder seguir su ritmo normal de vida y estudios. Y pensar que el contagio es de otros hasta que, ya sin remedio, te contagias y entras en esa “ruleta” donde es tu vida la que está en juego.
Desde el más profundo respeto a todos, pido que desde todos los sectores jóvenes de nuestra sociedad, una reacción contundente y clara en esas maravillosas redes sociales, desde las juventudes de los partidos y organizaciones juveniles, extensión de campañas dirigidas a la responsabilidad ante la situación que como comunidad sufrimos; la protección de nuestra sociedad está en manos de todos, pero sobre todo está en VUESTRAS MANOS.