Los regidores podemitas asumieron las áreas de Juventud y Participación ciudadana, ambas áreas bajo la tutela de una tenencia de alcaldía y una concejalía delegada.
Los morados contrataron, como es costumbre en esta formación, a un gurú de la nueva política traído desde la península al que pusieron al frente de Juventud y Participación ciudadana del municipio. A principios del mes de agosto del año 2016, el alcalde Rodríguez Badal cesó fulminantemente a Juan Antonio Marcos como consecuencia de unas denuncias por acoso laboral que venían de algunos trabajadores de las áreas que dirigía el Sr. Marcos. 18 meses después de las elecciones municipales el alcalde se vio obligado a tomar una drástica decisión por presunto acoso y que supuso la primera crisis de gobierno municipal Calvianer.
En la legislatura 2019-2023 el PSOE de Calviá alcanzó un acuerdo de gobierno para la legislatura con los partidos PODEMOS-MÉS que obtuvieron dos regidores.
Los regidores NACIONAL-MORADOS, al igual que en la legislatura anterior, asumieron las áreas de Juventud y Participación ciudadana, ambas áreas bajo la tutela de una tenencia de alcaldía y una concejalía delegada.
El pasado mes de junio de 2019 el alcalde de Calviá firma el decreto de nombramiento de la nueva directora general de Juventud y Participación, cargo que recayó en Margarita Segretín Caraballo, trabajadora social de profesión y con escasa experiencia profesional como para ocupar un cargo de tal importancia, remunerado, eso sí, con unos muy buenos 52.000.-€ brutos anuales.
Como si de un mediocre guion se tratara, hace unos días, el alcalde de Calviá se vio obligado a tomar las riendas de un grave problema por unas denuncias por presunto acoso laboral y cesó fulminantemente a la directora general de Juventud y Participación.
Según consta en las denuncias presentadas ante un juzgado y la inspección de trabajo, la Sra. Segretin vendría, presuntamente, acosando y hostigando a estos trabajadores. Una de ellas, que sufrió un aborto, lo asocia con la situación de estrés laboral que estaban viviendo.
Mismo escenario, mismo guion y mismos actores, pero con un final diferente.
El día 3 de agosto de 2016, un día después de que el alcalde Calviá, Alfonso Rodríguez Badal (PSOE), cesara a Juan Antonio Marcos, director general de juventud y participación ciudadana hasta ese día, el Sr. Israel Molina Sarrió, teniente de alcalde de Juventud y Participación ciudadana, demostrando una responsabilidad y coherencia política poco habitual entre nuestros políticos, presentó su dimisión irrevocable y entregó su acta de concejal.
En este caso, no solo no ha habido ninguna dimisión, sino que ni el Sr. RAFEL SEDANO PORCEL, teniente de alcalde de Juventud y Participación Ciudadana, ni la concejal delegada de Juventud y Participación Ciudadana, MARGARITA PLOMER FORNÉS, ambos regidores electos por la coalición moradonacionalista, han dicho esta boca es mía, silencio que les hace, aún más si cabe, responsables de esta situación.
El asunto está en manos de los jueces y de la inspección de trabajo y serán ellos los que determinen si ha existido o no los presuntos abusos laborales, pero a pesar de ello, existe una responsabilidad política ineludible que hay que asumir y que en este caso brilla por su ausencia. La desafección de la ciudadanía con la clase política esta motivada por muchas razones y esta es una de ellas, esa falta de responsabilidad con los hechos, esa negación a asumir los errores cometidos, ese silencio cómplice es muestra clara que el apego a la silla, el amor al poder y un buen salario están muy por encima de cualquier otra cosa.
