Según ha informado la Conselleria de Administraciones Públicas y Modernización este viernes en una nota de prensa, el equipo técnico de Atics ha localizado, en las últimas horas, en la tercera zanja en la que han intervenido, los restos de seis cuerpos, algunos de los cuales presentan vestimenta y objetos de procedencia militar, tales como insignias, hebillas y botas, lo que les ha llevado a afirmar que se trata de personas que estuvieron luchando en la primera línea del frente en el Levante de Mallorca.
En esta línea, el equipo de Atics ha destacado que la disposición de estos cuerpos difiere también de los restos localizados en otras zanjas intervenidas, señalando que esta tercera zanja presenta menos profundidad que las otras dos y más densidad de restos; así como que los cuerpos adoptan posiciones muy forzadas, algunos boca abajo, y con una flexión de extremidades máxima, con cuerpos muy sobrepuestos un encima de otros.
Asimismo, ha indicado Conselleria, actualmente las investigaciones de los historiadores apuntan a que en Son Coletes podría haber enterrados, como mínimo, unos 50 milicianos de las tropas de Bayo.
Según la información disponible, habría habido dos momentos de entierros masivos de milicianos en Son Coletes, por un lado, los que fueron tomados como prisioneros la noche del 31 de agosto al 1 de septiembre y, posteriormente, un número indeterminado de milicianos capturados el 4 de septiembre en Porto Cristo, Sa Coma, alrededores de Manacor, Sant Llorenç y Son Servera.
Esta información ha sido compartida por el secretario autonómico de Memoria Democrática y Buen Gobierno, Jesús Jurado y la directora general de Memoria Democrática de la Generalitat de Catalunya, Gemma Domènech en una visita al cementerio de Son Coletes, durante la cual han estado acompañados por el coordinador del segundo Plan de Fosas de Balears, Cesc Busquets.
En cuanto a la búsqueda de familiares en Catalunya, el Govern y la Generalitat de Catalunya han prorrogado este 2020 el Protocolo de colaboración entre las dos administraciones en materia de memoria democrática.
Al respecto, cabe recordar que el pasado mes de febrero crearon un grupo de trabajo con el objetivo de compartir información y avanzar en la divulgación y tareas de recuperación de la memoria democrática en ambos territorios. Es en este contexto que la Generalitat trabaja para ampliar el número de familiares que reclaman la recuperación de víctimas de este desembarco.
La Generalitat de Catalunya, a través de la Dirección General de Memoria Democrática, ha localizado hasta el momento una veintena de familiares vivos de las víctimas del desembarco en Mallorca en agosto de 1936. El objetivo de esta búsqueda es recoger muestras de ADN y cruzarlas con las muestras genéticas de los restos que se encuentren en las fosas de Mallorca.
Asimismo, se ha señalado que la búsqueda se está llevando a cabo contactando con los municipios de procedencia del total de víctimas que hasta ahora han podido ser documentadas y que, de momento, son 192. La Dirección General ha hecho llegar a más de 80 ayuntamientos y entidades locales del conjunto del Estado, nombres, direcciones donde vivían y, en caso de disponer de ellos, datos de familiares. La historia también se está difundiendo a los medios de comunicación.
Con todo, se ha recordado que las personas con familiares muertos en el desembarco de Bayo deben inscribirse en el Censo de personas desaparecidas y será el Hospital Universitario Vall de Hebrón el que les citará, posteriormente, para recoger las muestras de ADN.
Finalmente, sobre cuál fue el detonante del desembarco de Bayo, el historiador Antoni Tugores ha recordado, en el informe sobre 'Las Fosas de la Guerra Civil en Manacor' dentro del Mapa de Fosas de Mallorca, que, al iniciarse la guerra civil, en julio de 1936, no se produjeron asesinatos ni fusilamientos inicialmente, hasta que llegó la expedición del capitán Bayo, una expedición republicana ideada desde Cataluña para intentar recuperar la isla, que estaba en manos de los franquistas.
La expedición, ha señalado Tugores, estaba compuesta por un total de 8.000 milicianos catalanes, voluntarios de otros países y un grupo procedente de Baleares. La operación acabó con la retirada de las tropas republicanas y centenares de muertos, la mayoría milicianos catalanes.
En concreto, ha explicado este historiador, el 16 de agosto, de madrugada, el primer desembarco se producía dentro del término de Manacor, a la altura de Cala Anguila y siguieron otros en Porto Cristo, Cala Petita, Cala Morlanda, Cala Moreia y Sa Coma. "La alarma que generó este hecho en toda la isla provocó dentro de las fuerzas rebeldes, que dominaban militarmente todo el territorio mallorquín, el temor de que los republicanos pudieran sumarse a los desembarcados", ha apuntado.
Al respecto, ha añadido, a partir del día 17 de agosto de 1936, en la ciudad de Manacor, los organismos sublevados iniciaron una represión sistemática y ejecuciones en el cementerio municipal del Pla de Son Mas. Si bien, ha matizado, no fue hasta a partir del 24 de agosto, cuando estas ejecuciones y entierros fueron trasladados a Son Coletes para poder disponer de un espacio alejado del casco urbano.
Así pues, ha hecho hincapié, entre finales de agosto y septiembre de 1936 Son Coletes fue escenario de grandes ejecuciones, no sólo de víctimas 'manacorines' o mallorquinas, sino que "quizás el número más importante de víctimas enterradas en aquel lugar se deba a las capturas de prisioneros de las tropas de Bayo", ha indicado Tugores.
Por otro lado, ha apuntado que se sabe, igualmente, que tras 19 días de expedición, un buen número de milicianos de Bayo se quedaron en tierra después del reembarco realizado en la madrugada del 4 de septiembre. Entre los presos se encontraban las cinco milicianas enfermeras de la Cruz Roja --Daria y Mercedes Buxadé, Maria Garcia, Teresa y la autora del 'Diario de una miliciana', asesinadas en septiembre de 1936, venidas con los republicanos, que trabajaban en el hospital de sangre de Sa Torra Nova (Son Carrió), a pocos kilómetros del campamento base de Bayo en Sa Punta de n'Amer. "De que los prisioneros fueron todos ejecutados en un lugar u otro, no hay ningún tipo de duda", sentencia Tugores.
Con todo, ha concluido, las cifras de bajas de los republicanos se cuentan por centenares, pero son muy diferentes según las fuentes y tampoco hay unanimidad sobre el lugar o lugares donde fueron sepultados los cuerpos. Hay al menos cuatro fosas --en Porto Cristo, Manacor y Sa Coma, Sant Llorenç-- que contienen cuerpos de soldados muertos en el campo de batalla o por la represión, en buena parte soldados catalanes que participaron en la expedición de Bayo.