Según ha informado este miércoles en un comunicado la Conselleria de Salud y Consumo, el objetivo es, tras publicar una nota informativa sobre el uso de productos no autorizados para la desinfección del SARS-CoV-2, comprobar que se cumple con la normativa vigente, tanto en relación al tipo de productos biocidas utilizados, como a su ámbito de aplicación y tipo de usuario que lo utiliza.
Así, la Conselleria ha recordado que el ozono está clasificado, entre otros peligros, como tóxico por inhalación y puede producir daños pulmonares. Por ese motivo, se requieren conocimientos técnicos especializados para ser aplicado con seguridad. En ningún caso, han destacado, puede pulverizarse en presencia de personas o de animales.
Al producirse sustancias químicas peligrosas, la documentación del equipo debe informar sobre los peligros asociados, en cumplimiento del Reglamento 1272/2008, de 16 de diciembre.
Los conocimientos técnicos especializados también son requeridos para asegurar la efectividad del tratamiento. Para la eliminación de los virus se necesita una concentración y un tiempo de aplicación específicos. El ozono está actualmente en fase de evaluación por la autoridad competente, por lo que todavía no ha podido comprobarse que sea eficaz contra el SARS-CoV-2, ni qué dosis y tiempos son precisos para su eliminación.