Pese a la presencia de una amplia mayoría de contaminantes, como dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO), benzo(a)pireno, PM2,5 y metales, la calidad del aire en Balears ha sido evaluada, durante el año 2019, entre excelente y buena.
Únicamente en el caso del dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono (O3) se han obtenido valores entre regulares y malos en zonas muy concretas. Este ha sido el caso de la ciudad de Palma, donde el dióxido de nitrógeno ha alcanzado un promedio anual de 32 g/m3 que, a pesar de ser inferior a los 35 g/m3 de 2018, ha sido considerado una calidad regular y cercana al valor límite anual para protección de la salud fijado en 40 g/m3.
Por otro lado, en cuanto al ozono, en Baleares es muy habitual que durante los meses de verano se supere el valor objetivo para la protección de la salud, fijado en el valor octohorario de 120 g/m3.
En este sentido, la Conselleria ha apuntado que se han alcanzado máximos octohorarios medidos del orden de 120-150 g/m3. Además, ha añadido, en 2019 no se ha detectado ninguna superación horaria del umbral de información (180 g/m3) ni ninguna superación del umbral de alerta a la población (240 g/m3).
Asimismo, en términos globales, en 2019 se han medido valores ligeramente inferiores al año 2018 y en la mayoría de las zonas se ha conseguido una calidad del aire regular, excepto en dos puntos de la isla de Mallorca que tienen una calificación de mala.
Mientras, las estaciones del Hospital Joan March y Mahón superaron el valor octohorario para la protección de la salud en el trienio 2017-2019, con 35 y 31 días superando la media respectivamente, por encima de los 25 días permitidos.
En el caso de Formentera, ha explicado Conselleria de Transición Energética y Sectores Productivos, se realizó un seguimiento de la calidad del aire con una estación móvil situada en torno a la central térmica de Ca Marí con el fin de vigilar la emisión de los grupos electrógenos de esta central durante los meses de verano.
Actualmente, el servicio técnico de la Conselleria está estudiando los resultados obtenidos en esta zona, debido a que durante 2019 los valores contaminantes fueron más elevados que en el año anterior, sobre todo de NO2. En ningún caso, sin embargo, estos resultados han estado por encima de los límites permitidos.
Por este motivo, y con el objetivo de hacer un seguimiento de la calidad del aire más exhaustivo, se instalará la estación móvil en la zona de la central, junto con la que Endesa tiene en esta misma zona.
Esta campaña de control de la calidad del aire a través de la estación móvil también se ha llevado a cabo en los municipios de Sant Francesc i Sant Ferran.
A fin de seguir trabajando en la mejora de la calidad del aire de las Islas, desde la Dirección General de Energía y Cambio Climático se está revisando también el plan de mejora de calidad del aire en Palma.
Asimismo, se están finalizando los trámites del convenio para el Plan de mejora de calidad del aire de Mahón, que se aprobó en Consell de Govern el pasado 12 de junio y que servirá para establecer medidas correctoras y, en caso de necesidad, fijar planes adecuados para la mejora de la calidad del aire de este municipio.
Con todo, ha recordado, la red de vigilancia y control de calidad del aire en Baleares dispone de siete estaciones de la Conselleria; 11 estaciones fijas situadas en torno a las centrales térmicas de Mallorca, Menorca e Ibiza, y dos estaciones móviles propiedad de Endesa.
En concreto, ha detallado, en la zona de Mahón (ES0409) se cerró la estación de Sant Lluis y se sustituyó por la nueva estación del Puerto de Mahón a fin de conseguir unos datos más representativas del Puerto y la central térmica.
Además, ha concluido, también se han recogido los valores de la estación fija ubicada en el Hospital Joan March y una estación móvil de Tirme, que vigila las zonas de Son Sardina, Palmanyola y es Garrovers. Las estaciones de la fábrica de cemento de Lloseta y la de Aena en el Aeropuerto de Palma no se utilizan para la evaluación de la calidad del aire.