En declaraciones a los medios durante un acto público, la presidenta ha indicado que la "prioridad" del Govern es la protección de la salud de residentes y visitantes, y que consideran necesario adoptar esta medida porque "el virus sigue conviviendo" en la sociedad balear.
Armengol ha incidido en que la situación "está muy controlada" en Baleares gracias al "trabajo riguroso" y el "compromiso ciudadano", pero precisamente por eso la población tiene pocos anticuerpos ante el COVID-19, según el estudio de seroprevalencia elaborado por Sanidad.
Armengol ha argumentado que la obligación de utilizar mascarilla en todo momento en la vía pública no supondrá un problema para los turistas que lleguen a las Islas en los próximos días, puesto que "ya la tenían que llevar".
Actualmente, el uso de mascarilla es obligatorio en la calle y espacios al aire libre sólo cuando no es posible garantizar que se respeta la distancia de seguridad de un metro y medio. También es obligatoria en establecimientos comerciales y espectáculos culturales y deportivos en interiores para mayores de seis años, según marca el decreto aprobado por el Govern el pasado 19 de junio para la nueva normalidad.
Preguntada por si existe riesgo de volver a un confinamiento, Armengol se ha limitado a insistir en la necesidad de mantener las medidas: "Las cosas van bien y si somos rigurosos irán mejor", ha enfatizado. La presidenta ha apostillado que son conscientes de que ha habido rebrotes en otros puntos de España y que deben "actuar cuando toca" para prevenir contagios.
Por otro lado, Armengol ha explicado que están trabajando en una normativa para atajar el problema de las fiestas ilegales, algo de lo que informará este jueves la consellera de Administraciones Públicas, Isabel Castro. La presidenta ha recalcado que "no sería justo" que el "gran porcentaje" de ciudadanos que cumplen "acaben pagando" por quienes no respetan las medidas, y ha vuelto a apelar a la responsabilidad de la población.