La consellera de Territorio, Maria Antònia Garcías, ha señalado, en una nota de prensa, que Mallorca ya cuenta con una "herramienta de ordenación territorial de la principal actividad económica". "Genuina, jurídicamente robusta, coherente con el cambio de modelo que estamos impulsando y que apuesta por un turismo diversificado y de calidad", ha defendido.
Garcías ha apuntado, además, que "en un territorio limitado como el nuestro, hacía falta poner orden en la actividad turística, regular con coherencia, contención y equilibrio desde una perspectiva global".
El PIAT es la herramienta que ordena y propone un modelo territorial turístico para Mallorca, basado en la contención, el equilibrio territorial, el paisaje y la sostenibilidad. Los objetivos principales del PIAT son contener el crecimiento de plazas turísticas definiendo un límite claro y consensuado, evitar la turistificación indiscriminada del territorio y preservar la identidad de los núcleos tradicionales.
La norma definitiva del PIAT se estructura en siete capítulos, 14 disposiciones adicionales, nueve disposiciones transitorias, una disposición final y ocho anexos. El documento inicial, aprobado el 27 de julio de 2018, recibió 26 alegaciones de particulares y 30 informes, 16 de los cuales eran de ayuntamientos y 14, de otras administraciones o instituciones.
El plan propone un modelo territorial turístico en Mallorca, no sólo las zonas turísticas, y ofrece una visión territorial global de toda la Isla. Define unos sistemas territoriales para los que, según sus características, propone una serie de dotaciones. Dentro de cada uno de estos sistemas territoriales, se definen una serie de zonas, que pueden ser zonas turísticas, zonas residenciales y de suelo rústico.
Dentro de las zonas residenciales, define cuáles son de primera residencia y cuáles de segunda residencia, una subdefinición de zonas residenciales que permite alcanzar uno de los objetivos principales del Plan, que es evitar la turistificación, preservar la identidad y el equilibrio territorial.
El PIAT también define cuál es la capacidad máxima de alojamiento que puede asumir la isla y ordena el uso turístico. Reduce el límite máximo de plazas turísticas para Mallorca, que se fija en 430.000 plazas, repartidas en dos bolsas: de estancias turísticas en viviendas (ETH) y de estancias en alojamiento turístico (EAT), siguiendo criterios de equilibrio territorial.
Una vez agotado el período de suspensión de licencias, que termina con la aprobación definitiva del Plan y mientras los ayuntamientos adapten los planeamientos, se reduce la bolsa temporal de 43.000 a 32.000 plazas (22.000 para ETH y 10.000 para EAT) durante los cuatro años siguientes a la aprobación definitiva del Plan.
En relación con la distribución de plazas, el Plan define que el uso hotelero sólo se permite en las zonas turísticas, con excepciones; hoteles de ciudad en zonas residenciales, hoteles de interior en centros históricos de zonas residenciales y hoteles rurales y agroturismos en suelo rústico con una serie de condiciones que han de ayudar a preservar la función agrícola y mantener el patrimonio.
Con la premisa de mejorar la calidad, el Plan define, dentro de las zonas turísticas, cuáles son las que necesitan una mayor intervención por mejorar el espacio turístico. De ahí la clasificación en zonas maduras (playa de Alcúdia, Cala Rajada, Font de sa Cala y Can Picafort), saturadas (zonas con una densidad muy alta de plazas turísticas) y saturadas (Peguera, Santa Ponça, Palmanova, Magaluf, Playa de Palma y s'Arenal de Llucmajor, a las que el PIAT incorpora dos, que son Calas de Mallorca y Cala Millor).
En las zonas maduras y saturadas no se permite planificar plazas turísticas nuevas ni comercializar ETH, salvo la modalidad de ETH60, es decir, sólo podrán comercializarse durante dos meses al año.
Por primera vez, se definen medidas de integración paisajística y se incluyen parámetros de sostenibilidad territorial, en una apuesta firme hacia la eficiencia energética, la gestión del agua y otras medidas destinadas a combatir el cambio climático.
La norma propone un turismo deportivo basado en rutas cicloturísticas y senderistas, y un turismo cultural que se decanta por centros de interpretación relacionados a los sistemas territoriales. Se blinda la isla a los parques temáticos y se prohíben también las ampliaciones y construcciones de campos de golf.
El PIAT también da herramientas para que los ayuntamientos puedan hacer delimitaciones definitivas. Se mantiene la zonificación que había hasta ahora, hasta que los ayuntamientos adapten al PIAT y los criterios que propone.
El Plan de Intervenciones en Ámbitos Turísticos de Mallorca entrará en vigor al día siguiente de publicarse en el Boletín Oficial de las Islas Baleares (BOIB).