Los continuos casos de fiestas ilegales que se han producido en toda la geografía balear, botellones nocturnos en los polígonos de Palma y concentraciones sin respeto a las medidas de distanciamiento social y autoprotección sanitaria en bares de tardeo y de copas en zonas de ocio y paseos marítimos han disparado las alarmas.
Todos estos incumplimientos de la normativa legal en vigor, además, están siendo protagonizados por residentes insulares, por personas que en los tiempos del confinamiento respetaron mayoritariamente las leyes del estado de alarma pero que ahora, con el desescalada hacia la ‘nueva normalidad’, han abandonado su antaño respetuosa disciplina.
Fuentes cercanas al Govern destacan que una parte importante de todos estos negativos acontecimientos podrían ser cortocircuitados si la presencia policial en las calles y zonas de confluencia masiva de personas fuera más destacada.
Recuerdan que cuando las autoridades municipales se movilizaron para no dejar celebrar la noche de Sant Joan en las playas de sus territorios, no se produjo ninguna concentración indeseada ni ningún incumplimiento destacado de las medidas en vigor de prevención del regreso de la enfermedad.
Sin embargo, también reflexionan desde el Consolar de Mar, no hay vigilancia permanente en los puntos de los polígonos de Palma en los que ya se sabe de antemano que se producirán botellones masivos, ni se patrulla por las zonas de copeo y tardeo para prevenir aglomeraciones, no se abren expedientes a los propietarios de bares y cafeterías que permiten la presencia en sus locales de consumidores sin mascarillas ni, tampoco, recuentos por parte de las fuerzas de seguridad de la ocupación de estos mismos locales, muchos de los cuales sobrepasan con mucho su aforo permitido.
Sin querer establecer un paralelismo, estas mismas fuentes gubernamentales señalan que, mientras el mando único de la vigilancia contra la pandemia residía en el Gobierno de España, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado patrullaron y actuaron sin descanso. Ahora, que el Gobierno de Pedro Sánchez ha transferido la gestión a las comunidades autónomas, la Policía Nacional y la Guardia Civil han restringido su despliegue.
Asimismo, el Govern se pondrá en contacto con los alcaldes y alcaldesas de los municipios dónde se han registrado más casos de concentraciones de personas en fiestas y jolgorios en la vía pública para reclamarles su más intensa implicación en la prevención de posibles rebrotes. En este ámbito no se deja de señalar el caso de Palma, lamentándose la escasa presencia de la policía municipal palmesana en los polígonos en horas nocturnas.
En el mismo ámbito, aunque sin confirmar oficialmente, se han establecido –dentro de los ámbitos normales de coordinación– contactos con la Delegación del Gobierno para interesarse por todas estas circunstancias anteriores con el objetivo de forzar, en lo posible y sin que trascienda ninguna posible fricción, la actuación clara y expeditiva de los agentes del orden en todos aquellos casos que provocan alarma y temor.
La realidad es que el Govern desearía más acciones claras y directas contra los incumplimientos de la normativa de prevención del rebrote de la pandemia asesina por parte de la Policía Nacional y la Guardia Civil –dependientes de la Delegación del Gobierno– y de las policías locales de los municipios más revoltosos. Y ante la evidencia real que estas actuaciones no se están llevando a cabo, “moverá los hilos que sean necesarios” para activar, dentro de sus posibilidades, las actuaciones de las fuerzas del orden.
Finalmente, fuentes próximas al Govern de les Illes Balears recuerdan que “nosotros hemos limitado al máximo la apertura de discotecas, bares de copas y cafeterías nocturnas para, en lo posible, cortocircuitar determinadas prácticas sociales que facilitan la propagación del virus. Y frente a nuestra iniciativa, que ha sido muy dura y nos ha provocado enemistades e incomprensión por parte de determinados sectores empresariales, los que ahora tienen que hacer cumplir estas normas de obligado cumplimiento no asumen su propia responsabilidad”.