Voces autorizadas que sí han luchado en primera fila contra la propagación del virus entre los sectores más vulnerables lamentan que “se ha pasado toda la crisis lanzando balones fuera, pasándole los problemas a la Conselleria de Salud y al Institut Mallorquí d’Afers Socials del Consell de Mallorca”.
Fina Santiago es la máxima responsable política de todos los asuntos que afectan a la tercera edad en Baleares, un sector poblacional gravemente afectado por la enfermedad asesina. Sin embargo, la consellera de MÉS per Mallorca y su equipo de asesores colocados a dedo han brillado por su ausencia en estos tres meses pasados.
Desde los sectores afectados se recuerda que cuando se tuvo que intervenir dos geriátricos de Palma en los que se dispararon los fallecimientos tuvo que ser la Conselleria de Salut la que liderara el equipo de intervención inmediata. En ese momento, Santiago hizo mutis por el foro y se escudó ante los medios de comunicación que le solicitaban informaciones que “esto es cosa de Patricia Gómez. Llamarla a ella. Yo no tengo que decir nada sobre este asunto”.
También resuenan estruendosamente sus palabras de descargo cuando el partido VOX denunció ante la fiscalía la situación que se había vivido presuntamente en estas mismas residencias. Santiago y su grupo de adjuntos remitieron a las autoridades policiales y judiciales sendos escritos de descargo en los que, simplemente, le pasaban la pelota de la responsabilidad a sus propios compañeros de Govern, una situación que provocó incluso llamadas internas de indignación por la deslealtad manifestada por la consellera econacionalista.
Tras episodios anteriores en los que Fina Santiago se ha desmarcado de su propio equipo del Govern de les Illes Balears, no asumiendo su corresponsabilidad en las decisiones colegiadas que ha habido que adoptar en estos momentos de grave crisis, desde el PSIB y Unidas-Podemos saben que con ella no se puede contar para remar conjuntamente en estos momentos de crisis.
