En primer lugar, Ángel Cortés, explicaba los sentimientos que tenía al no poder abrir sus negocios: "Podría haber abierto el negocio pero había mucha incertidumbre y por no dar un mal servicio preferí no abrir y esperar a entrar en la primera fase. Le debo casi todo al personal que tenemos. Teníamos muchas ganas de empezar ya".
Seguidamente explicaba cómo abrió la sus dos negocios: "La pastelería Ángel la abrimos en 2003 y ya llevamos 17 años. Hace 6 años me ofrecieron un local y decidí montar un restaurante. El nombre de El Bula sale de un nombre corto y fácil de recordar".
Finalmente resaltaba que se buscan siempre los pequeños defectos para seguir mejorando. "Intentamos que el cliente queremos que se siente como en casa y rodeado de amigos
He sentido mucha satisfacción porque los clientes ya son amigos".