La catástrofe sobrevenida a causa del advenimiento de la pandemia destructora del virus Covid-19 nos ha obligado a todos –a todos– a modificar y adaptar los apriorismos que organizaban nuestro devenir anterior a estos trágicos acontecimientos de ahora. Y es que nada es ahora igual a como era antes del coronavirus y nada volverá a ser igual.
Algunos han aprendido a sobrevivir tropezando y levantándose. Otros, ni siquiera eso, siguen aturdidos en el suelo. O, quizás incluso peor que aturdidos, catatónicos. Y solamente unos pocos no tan solo no se han rendido sino que, además, han encabezado todo el proceso de reconstrucción de nuestra sociedad y de nuestro tejido empresarial y laboral.
Hemos vivido estupefactos como políticos que por ahora aún ocupan las poltronas de determinadas administraciones han sembrado de dudas y de desconcierto su gestión institucional, complicando más de lo que ya lo estaba la supervivencia de la ciudadanía. Basta dirigir la mirada hacia el palacio de La Moncloa y la sede de la vicepresidencia segunda del Gobierno de España para ponerle cara a esta tóxica realidad. Ni el señor Pedro Sánchez ni el señor Pablo Iglesias podrán escaquearse incólumes de esta etapa. Suman demasiados errores y actos de petulante prepotencia frente a los españoles perjudicados por la pandemia como para dejar de constatar esta realidad.
Sin embargo, afortunadamente, en otros ámbitos de nuestras instituciones y con otros políticos como protagonistas, la gestión de la salida de los estragos producidos por el virus asesino ha sido realmente positiva. Estos políticos han actuado con mesura, reflexión, empatía y proximidad. Han orillado el protagonismo que el cargo les confiere para ponerse en la dolorida piel de los ciudadanos que se han visto sometidos a reducciones temporales de sus contratos laborales, a la pérdida irremediable de sus empleos, de los autónomos que se han quedado inactivos y sin poder ingresar ni un solo euro para mantener a su familia y de los empresarios que se han agarrado al timón de sus empresas con la sola ayuda de su propia esperanza para seguir pilotando el rumbo de la nave y no dejar caer por la borda a sus empleados, proveedores y asociados.
En este ámbito positivo enmarcamos la iniciativa Mallorca Reacciona, impulsada por usted y su equipo de colaboradores desde el Consell de Mallorca.
Señora Cladera:
En la presentación del programa Mallorca Reacciona usted lo afirmó de forma tajante, clara y directa: “Los recursos públicos tienen que estar al servicio de la ciudadanía. Esta crisis nos afecta a todos y, en consecuencia, solamente podremos afrontarla uniendo esfuerzos”.
Por eso el Consell de Mallorca ha reconstruido sus presupuestos y redirigido sus prioridades precoronavíricas hacia otros derroteros. En esta primera avanzadilla, que posteriormente será redefinida a medida que la pandemia y sus consecuencias vayan evolucionando, han dedicado más de 88 millones de euros desde otros proyectos a la reconstrucción social, familiar, comercial, turística, empresarial, económica y laboral de Mallorca.
Sin ánimo de reflejar las 72 medidas concretas ya definidas, agrupadas en 10 ejes de actuación, nos permitiremos destacar el refuerzo y potenciación de la atención a las personas en riesgo de exclusión social, a los gran dependientes, a la infancia y a las familias y, también, a las personas discapacitadas. Pero eso no es todo. En el ámbito de la economía local, tan importante para mantener activo al sector primario y el entorno natural de la isla, el Consell de Mallorca potenciará y promocionará todos aquellos agroalimentarios cultivados en la isla, así como los productos artesanos, tejidos, utillaje del hogar, sanitarios, perfumería, elementos decorativos, moda, arte, cultura y producciones audiovisuales.
Llegados a este punto y más allá de todo lo anteriormente esbozado, señora presidenta, queremos ahora dirigir el foco de la atención de esta carta hacia una batería potente y directa de ayudas financieras a nuestros sectores productivos impulsada por usted desde su presidencia. Su Consell de Mallorca, en el marco del programa multidisciplinar Mallorca Reacciona, ha creado una línea de avales a créditos gestionados a través de la sociedad de garantía recíproca ISBA, también microcréditos y ayudas directas dirigidos a pequeñas empresas y autónomos, además de partidas presupuestarias específicas para apoyar a profesionales, empresas culturales y ayuntamientos. Y, además, impulsa un apoyo claro y multidisciplinar al turismo en todas sus facetas y realidades mallorquinas.
No podemos dejar de enumerar, aunque sea a vuela pluma, estas iniciativas sin destacar que, consciente de la realidad que veníamos arrastrando desde épocas anteriores, el programa Mallorca Reacciona supondrá, también, la simplificación y aceleración de los procesos administrativos, un auténtico lastre mortal del mundo de la política y la burocracia que ha literalmente ahogado en etapas anteriores a muchas iniciativas de la sociedad civil.
Señora Cladera:
Reconocemos la potencia positiva del plan Mallorca Reacciona del Consell de Mallorca. También su esfuerzo para ser proactiva y empática en este momento del coronavirus sumando esfuerzo y restando frenos, con el objetivo de aportar desde su presidencia todas aquellas iniciativas que contribuirán a salir lo más indemnes posibles de esta pandemia destructora. Siga así. No afloje en sus principios y en la concepción de lo que significa el esfuerzo individual de las personas como elemento coadyuvante en el desarrollo común de las sociedades, seguramente adquirido en su entorno familiar payés durante su infancia.
Mallorca Reacciona es una buena iniciativa que, seguro, nos ayudará a todos los ciudadanos de la isla a salir mejor preparados de la crisis de lo que estábamos al caer en ella. Solamente desear y pedirle que en el futuro, cuando las aguas hayan ya vuelto a su cauce y la tormenta haya amainado, no tuerza el sentido de su ruta y siga apostando, como ha hecho ahora, por las personas, los profesionales y las empresas.