También podría dedicar estas líneas a la trayectoria acreditada por el guardia cesado durante los últimos años, pero es mejor escucharlo en el vídeo número 23 del Canal Octubre.
Tampoco es, por ineficacia demostrada, el momento de quejarse de que Marlaska no sustituyera a Pérez de los Cobos en el mejor momento de todos para cualquier cambio, que es cuando un ministro asume su cartera. Para que insistir, si son más de cuatro décadas de fracasos intentando integrar a los franquistas triunfadores de la guerra civil en una democracia atada por el mayor asesino de todos ellos mediante la monarquía que restauró y, aún así, acabo de escuchar en una tele que “golpe de estado” era tendencia española en Twitter esta misma mañana.
El ya ex responsable de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil ha cumplido su papel en la gestión de esta iniciativa desestabilizadora con unos resultados excelentes, probablemente más por las prisas y la torpeza de un Marlaska siempre personalista que por los méritos de un guardia civil que se siente blindado desde que se presentó, libre y voluntariamente, en el cuartel de Yecla para sumarse al golpe de Tejero y ni siquiera fue después inhabilitado para el desempeño de cualquier cargo público, especialmente armado. Lo dignamente que aquel joven, y tantos otros como él, se hubieran ganado la vida en compañías de seguridad privadas. Por ejemplo.
La coordinación absoluta, contra el gobierno, entre la derecha política que acude a las urnas porque no queda más remedio y determinados componentes de los poderes que no están obligados a pasar por ese filtro, las fuerzas armadas y el judicial, queda demostrada por la coincidencia en el objetivo de sus respectivas acciones: la manifestación feminista del 8 de marzo es tanto el hecho causante de la demanda que la jueza Medel debería haber archivado o, como mínimo, no iniciado su tramitación en cumplimiento del Estado de Alarma, como el del panfleto que Casado y Abascal no dejan de repetir, cada día, para transmitir a las víctimas de la pandemia que el culpable de su dolor se llama Sánchez.
Pérez de los Cobos, y todos los que están detrás de la estrategia de acoso y derribo contra el gobierno deben estar eufóricos pues, con la decisión de Marlaska, que podría no haberse producido y que es tan irrelevante desde el punto de vista jurídico como inconveniente podría llegar a puede serlo según las consecuencias políticas que termine provocando, han conseguido:
Estas son solo algunas de las consecuencias directas del cese, no importando a sus instigadores, por ejemplo, el hecho de que el informe que Pérez de los Cobos había preparado para la jueza contuviera fechas falsas de hechos esenciales o, tal como hoy demuestra El Diario, hasta la manipulación de las declaraciones de un testigo. A fin de cuentas, ¿qué son unas cuantas mentiras más en un día a día en el que todo son bulos y falsedades?
A la vista de los resultados, y esto no ha hecho más que empezar, tiene su lógica pensar que Marlaska podría haber esperado unos cuantos días antes de cesar a un Pérez de los Cobos suficientemente conocido.
Aunque solo fuera para hacer más daño a los golpistas de nuevo cuño que no dejan de acosar al Consejo de Ministros.