Su primera reflexión fue negativa porque no han contado con ellos para nada. "Tenemos un gran decepción. Había una gran oportunidad para crear trabajo y poder hacer viviendas de protección oficial. Queremos hacer viviendas económicas porque la gente lo necesita y entendemos que la administración debería ayudar a conseguir este objetivo".
Por otra parte no entendían cómo se había dejado escapar tal oportunidad de crear empleo: "Hemos ofrecido 2.000 millones de euros de inversión privada y 20.000 puestos de trabajo. Esta inversión la podemos poner en marcha si o no dentro del confinamiento y nos sorprende".
Seguidamente se han quejado de la falta de celeridad en la administración para dar el visto bueno por parte de la Administración a proyectos urbanísticos. "No pedimos nada más que se cumplan los plazos y las licencias no acaban de salir. No queremos que nos rebajen los impuestos. No puede ser que un proyecto este dos años encima de una mesa".
Finalmente los dos representantes aseguraron que el estado de alarma no ha supuesto una bajada o cancelación de reservas: "Ha habido un parón de ventas, pero la gente que tenía reservas las está manteniendo. En clientes extranjeros también hay alguna venta que otra. Tenemos menos afectación de lo esperado, pero veremos lo que pasa a largo plazo. Es complicado saber qué es lo que va a suceder".