En primer lugar aseguró que la situación es complicada para las bodegas de Mallorca ya que los ingresos son mínimos y los gastos son los mismos que antes de las crisis sanitaria. "La venta es nula o muy pequeña ya que se paró de manera radical y el ciclo natural de la viña todavía sigue. Ha llovido y hay que continuar con los tratamientos de protección. Hay pocos ingresos y los gastos siguen porque no podamos parar el ciclo vital de la viña".
Además la crisis actual ha supuesto que los mercados de venta se hayan quedado en uno sólo. "Ahora mismo solo tenemos el mercado de los mallorquines y por tanto hay que centrarse en ello. Hay que activar el producto local para salvar nuestra economía y para poder sobrevivir. No hay clientes extranjeros".
Posteriormente, detalló algunas medidas que se están estudiando para proteger la calidad del vino mallorquín. "Es difícil regular porque el ciclo natural de la viña es el mismo para todos. Se habla de limitar la recogida de la viña porque los “cellers” están llenos y más a largo plazo un control de las plantaciones de viña ya que el crecimiento es exponencial. El problema es que todo el mundo habla bien del vino de Mallorca porque la situación geográfica y climatológica es fantástica para crear un excelente vino".
Finalmente, insistió en que es el momento de apoyar al vino mallorquín. "Debemos apreciar lo que es el vino y el gran trabajo que hay, la gran inversión. Crear una cultura del vino sería básico para que podamos salvar este segmento importante de la economía de Mallorca".