Sánchez, que ha comparecido en el Palacio de la Moncloa, afirmó que España enviará a Bruselas sus previsiones "cuando corresponde" --los países de la UE deben enviar antes del 30 de abril sus previsiones macroeconómicas y sus planes presupuestarios--, y añadió que existe mucha dificultad para cuantificar el impacto, como lo demuestran las estimaciones de algunos organismos nacionales e internacionales.
En este sentido, recordó que hay previsiones que plantean una caída del PIB que va desde un descenso de la economía del 5% hasta una caída del 10%. "Es decir, estamos hablando de previsiones que estiman con horquillas del doble", reiteró.
"Lo que está claro es que las consecuencias van a ser terribles, tremendas, lo van a ser, en Europa y en el mundo", aseguró Sánchez, tras confiar en que la crisis económica dure poco y, para ello, aseguró que es "importante" plantear bien la desescalada.
Para Sánchez, las consecuencias económicas van a ser "muy importantes" por el "parón de la actividad", pero subrayó que la "máxima" del Gobierno es "no dejar a nadie atrás". "Hemos estado poniendo en marcha medidas sociales y económicas para tratar de mantener vivo el tejido productivo, los empleos creados y la protección social de los damnificados", afirmó.
En cuanto a la apertura de establecimientos dentro del plan de desescalada que el Gobierno aprobará el martes, el jefe del Ejecutivo afirmó que el orden de apertura de los mismos dependerá de "criterios objetivables", como el número de contagios, el grado de ocupación de UCIs o el fortalecimiento de la sanidad y de la atención primaria en cada territorio.
"No podemos permitirnos que se ponga en riesgo de nuevo el sistema nacional de salud, permitiremos abrir unos u otros establecimientos en función de parámetros que a veces resultan obvios, pero que hay que poner encima de la mesa, por ejemplo qué implica la apertura para la movilidad", reiteró.
En este sentido, dijo que hay países de la UE que han dado una "respuesta lineal" y han puesto fechas de apertura a distintos negocios. "En España no lo vamos a hacer, lo que vamos a hacer es definir una serie de indicadores objetivables y públicos en base a los cuales los distintos territorios vayan transitando hacia la nueva normalidad", añadió.
Esta la filosofía, abundó Sánchez, que eludió responder sobre qué negocios se abrirán antes. "La filosofía es otra, saber qué capacidades tenemos para según avancemos hacia la nueva normalidad, no pongamos en riesgo lo conseguido hasta ahora y garanticemos las capacidades sanitarias que tenemos", reiteró.