Según ha señalado la plataforma, el tejido productivo de Baleares encaja una pérdida de 905,83 millones de euros, cifra equivalente al 2,8 por ciento del producto interior bruto anual. Este marcador ha sumado entre los días 13 y 19 de abril un total de 293,69 millones de euros, los cuales corresponden al valor añadido no generado en los segmentos afectados por la paralización de la actividad.
Dado que este montante supera sensiblemente el que se registró la semana anterior (277,26 millones euros), Impulsa Balears ha afirmado que la entrada en funcionamiento de los sectores no esenciales a partir del martes "no ha podido compensar la pérdida de actividad vinculada al dinamismo habitual de los servicios turísticos a partir de la Semana Santa".
En este contexto, la fundación ha lanzado la primera edición de 'i-pulsómetro', un nuevo recurso destinado a recoger en tiempo real la percepción, sentimiento y expectativas de las empresas con sede o delegación en el archipiélago frente a la excepcional situación motivada por la COVID-19.
Desde esta perspectiva, el 80 por ciento de las empresas han calificado como muy negativo el primer impacto económico ejercido sobre sus negocios, una valoración que comparten el 55 por ciento de las unidades de la industria, el 56,3 por ciento de la construcción y el 86,8 por ciento de los servicios.
Con todo, de acuerdo con la fundación, las empresas de las islas prevén para el periodo acumulado hasta día de hoy una pérdida de ingresos (-79 por ciento) que tratan de contener en empleo (-66 por ciento), en un contexto en el que más del 85 por ciento del tejido anticipa riesgos comerciales y de liquidez en esta fase de la crisis.
En este sentido, el director técnico de la fundación, Antoni Riera, ha señalado "la necesidad de formular una estrategia integral que en el tránsito hacia una nueva normalidad vele por la salud pública, la viabilidad empresarial y la efectividad del gasto público".
