Primero.- Acudir a la llamada del Presidente del Gobierno de España, aunque sea por una mínima exigencia de educación y respeto a quien representa, desde el punto de vista ejecutivo, a los españoles; no solo para escuchar, si no para proponer acciones concretas y necesarias a emprender en esta hora dramática del devenir de España y de los españoles.
Segundo.- Proponer la reducción de la carga ministerial que supone un ejecutivo de 22 ministerios para dejarlo en 11, mas el Presidente, a saber:
Presidente.
Tercero.- Solicitar unificar el presupuesto de sanidad y servicios sociales para optimizar al máximo los recursos y aplicar los mismos a las necesidades imperiosas de emergencia nacional, provocadas por el Coronavirus; y no a gastos superfluos de promoción personal, propaganda y despilfarro de estructuras improductivas.
Cuarto.- Exigir dotar de todos los medios materiales y humanos necesarios al colectivo sanitario, auténtica infantería en la primera línea de lucha contra el coronavirus, para minimizar al máximo el efecto de contaminación y transmisión del virus entre los vocacionales y eficaces profesionales de la salud, por causa de la falta de protección.
Quinto.- Proponer acordar un presupuesto de contingencia de gasto y emergencia Nacional para el ejercicio 2020 y 2021, con dos columnas vertebrales:
Solo así, el tejido empresarial y laboral (pequeña y mediana empresas, y autónomos) podrá amortiguar el duro impacto económico que provoca el confinamiento total de la población.
Sexto.- Acordar destinar todas las partidas presupuestarias imputadas al cambio climático a emergencia sanitarias, sociales y económicas.
Séptimo.- Proponer y acordar eliminar cuantas partidas presupuestarias de gasto público, cuyo fin no sea sanitario, protección social y rescate económico, que se encuentran imputadas a subvenciones improductivas, duplicidades administrativas, fundaciones, partidos políticos, sindicatos y patronales por un periodo de dos años (2020 y 2021)
Octavo.- Como hecho ejemplarizante – simbólico si se quiere-, de gran valor político y de responsabilidad ante quienes más sufren y sufrirán las consecuencias económicas, acordar establecer un tope máximo de 2.500€ al mes de sueldo a todos los cargos públicos, así como la reducción del 50% de pluses adicionales a sus retribuciones ordinarias.
Noveno.- Exigir Poner en marcha el Plan de Estrategia Nacional, aprobado por las Corte Generales en diciembre de 2017, en especial lo referido al capítulo cuarto del mismo referido a “epidemias y pandemias”(pág. 74), junto con las medidas de prevención que en dicho plan se proponen (pág 114-115).
Décimo.- Acordar someter a debate y aprobación de las Cortes Generales EL PLAN DE EMERGENCIA NACIONAL, que resulte de las reunión previas, en sede parlamentaria, entre los partidos con representación parlamentaria, sindicatos y patronal, tal como se hizo con los Pactos de la Moncloa en 1977.
No es hora de batallas partidistas. No es hora de pasar cuentas por las muchas y variadas responsabilidades que por negligencia ha tenido, o podido tener, el ejecutivo del Sr. Sánchez. Es hora de la unión, la colaboración, de estar al lado de los que luchan en primera línea: sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, policía local, ejercito, y tantos y tantos otros que arriesgan su salud para garantizar la nuestra, desde las cajeras de los supermercados a los transportistas.
Es hora de pensar única y exclusivamente en todos y cada uno de los españoles, que es tanto como decir, es hora de pensar en España, como valor supremo que nos une y acoge a todos.
Es hora, en definitiva, de actuar individualmente y colectivamente con responsabilidad y solidaridad, cumpliendo cada uno con nuestro deber. Es hora de hacer realidad la expresión de Jon F. Kennedy: “No preguntes qué pude hacer tu patria por ti. Pregúntate qué puedes hacer tu por tu patria”. En estas circunstancias, mi particular lema sigue invariable. Lealtad, siempre; colaboración, cuando se requiera; silencio y mordaza, nunca. Es la hora de pensar en España y los españoles