Según ha manifestado Taltavull, durante la homilía de Pascua en la Catedral de Mallorca, "ciertamente, son días santos desacostumbrados. No estaba previsto que este año sería así. Es toda la humanidad a quien se le está poniendo a prueba, confinada en una situación que de cada día se hace más larga y, para algunos, insoportable."
Al respecto, ha reconocido que "la pandemia del COVID-19 todavía está amenazando y no se eliminan las nieblas que impiden ver el estallido de la luz pascual." Si embargo, ha asegurado, "la Pascua ha
llegado y lo ha hecho en medio de una mezcla agridulce donde se mezclan sentimientos de todo tipo, la de quienes sufren la dolencia y la de quienes han salido y ahora ya están seguros y disfrutando de aquel estado de salud que es valorado más que nunca."
Asimismo, ha señalado que aunque "aparentemente, parece que el árbol aún esté seco, si se contemplan las puntas de sus ramas a contraluz, se verá que, gracias a esta luz, ya apuntan nuevos brotes de vida."
Igualmente, ha añadido, "el anuncio de la Pascua encuentra todavía la resistencia de la oscuridad que extiende la enfermedad del coronavirus en toda la humanidad e impide ver más allá. Pero la luz está, el sol ha salido, la Pascua da la noticia que la muerte es vencida porque Jesús ha resucitado."
Con todo, el obispo Taltavull ha invitado a los fieles a reconocer a Jesús en los "nuevos brotes de vida que aparecen entre la sociedad, a través de gestos sencillos llenos de humanidad, innumerables muestras de solidaridad, afecto, ayuda y servicio frente a quienes lo pasan mal."