La paralización del sector afecta a miles de trabajadores que se quedan sin trabajo y genera pérdidas millonarias debido a la a gran cantidad de cancelaciones de reservas y por el cierre de puertos y aeropuertos.
Pero el problema no acaba aquí. La incertidumbre invade a los hoteleros. No saben cuando acabará el estado de alarma y por tanto, cuando podrá empezar la temporada turística. Además, tras la reanudación de la temporada turística, quedan muchas cuestiones en el aire como ¿de qué manera se iniciará la temporada?¿Cuanto tardará la gente en recuperar la confianza suficiente para volver a viajar sin miedo a contagiarse?¿Qué cantidad de turistas se atreverán a salir de su país?
Estas cuestiones aún no se pueden resolver, pero sí se puede trabajar para que las consecuencias sean las menores posibles mediante las medidas que lleven a cabo el Gobierno central, en bancos e instituciones públicas. Aunque también será importante la actuación de los propios hoteleros y la del resto de empresas que conforman el sector.
El objetivo ahora es acabar con esta crisis y después, trabajar conjuntamente para recuperar la confianza y volver a la normalidad de la manera más eficaz y rápida posible.