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Debe demostrarnos que es usted un buen presidente

Señor Pedro Sánchez Pérez-Castejón, presidente del Gobierno de España:

Afronta usted desde su cargo de máximo responsable del poder ejecutivo del Estado la peor crisis que, en las últimas décadas, vivimos como nación. Tenemos que remontarnos a muchos años atrás para rememorar hechos peores a los que actualmente protagonizamos. Ni las cíclicas crisis económicas que definen a nuestro sistema capitalista, ni la incertidumbre política de la transición desde el Franquismo a la democracia, ni siquiera los años de plomo de los terrorismos etarra y, después, yihadista nos habían abocado a una realidad como la que hoy en día nos tiene confinados.

Confinados físicamente en nuestros hogares, confinados en la pesarosa incerteza de cómo reconstruiremos nuestro futuro como sociedad democrática, libre y avanzada y, también, confinados en la enorme oscuridad de un hipotético renacer económico, empresarial y laboral que, a día de hoy, se fundamenta solamente, y agarrado con débiles alfileres, en algunos buenos propósitos y en balbuceantes palabras sumamente volátiles que en cualquier momento se pueden llevar un soplo de tóxica realidad.

Consejo de ministros tras consejo de ministros, cumbre europea tras cumbre europea, pleno del Congreso tras pleno del Congreso, usted y su Gobierno de España nos van anunciando a trompicones iniciativas y medidas ejecutivas de aplicación presuntamente inmediata que pretenden dar una ligera bocanada de aire financiero y de liquidez económica a los cuerpos exánimes de las empresas españolas. Se lo agradecemos, pero todo lo anunciado hasta ahora es insuficiente y, perdónenos la rudeza del término, incluso banal ante la magnitud estroboscópica del problema.

Decenas de miles de pequeñas y medianas empresas españolas –con millones de trabajadores ligados laboral y salarialmente a ellas– y, también, millones de empresarios-trabajadores autónomos no podrán nunca acogerse a sus propuestas. Ninguno, a ninguna. Los parámetros que usted y su nutridísimo equipo de ministros económicos nos proponen son imposibles de aplicar e inútiles en muchos de estos casos.

¿Cómo pretende usted que se endeuden, para obligarse a devolver un crédito en el futuro, aquellas empresas que ahora mismo carecen absolutamente de ingresos y desconocen cuál va a ser su porvenir en el incierto marco de un cierre general, global y absoluto del país?

Señor Pedro Sánchez:

La mejor ayuda económica que puede usted prestar en estos momentos a los empresarios, emprendedores y autónomos es exonerarles del pago de impuestos, tasas, contribuciones, gabelas y todo tipo de cargas fiscales. De todos. ¿Cómo es posible que a nadie de su Gobierno se le haya ocurrido que es imposible que un empresario que no ingresa ni un euro pueda de alguna manera factible hacer frente a las cuotas de la seguridad social de sus trabajadores, los ivas, los autónomos y toda la parafernalia tributaria española, autonómica y local? ¿Cómo vamos a poder hacer frente a toda esta montaña de dificultades impisitivas, señor presidente? Dificultades todas ellas que dependen directamente de usted. Dificultades que con un simple decreto, con su firma al pie de un folio, deshará el nudo gordiano de la incertidumbre y dará aire, abrirá puertas y ventanas a la esperanza. La esperanza de la supervivencia. La esperanza de que un futuro positivo es posible.

Presidente, insistimos:

La mejor ayuda económica que en estos momentos de angustia pude usted decretar como máxima autoridad ejecutiva del país es que no se obligue a desembolsar los pagos fiscales que van a la caja del Estado y salen del bolsillo de los ciudadanos. Estos fondos suponen ahora la diferencia entre sobrevivir o desaparecer para muchas empresas y autónomos. Sobrevivir o desaparecer. Y usted, presidente, tiene la oportunidad de marcar ese futuro.

Y permítanos una última adenda a esta Carta que le remitimos:

Haga, señor Sánchez, el máximo esfuerzo –y hágalo ya, ahora mismo– para dotar de los imprescindibles medios técnicos a los profesionales de la sanidad para evitar que, como hacen lamentablemente ahora, luchen en la trinchera de esta execrable guerra contra la pandemia del coronavirus desnudos de toda protección.

Es lamentable, por no decir odioso, ver cómo están ustedes obligando a fajarse con lo peor de la enfermedad a nuestros médicos, enfermeras, profesionales de la sanidad, agentes de las fuerzas y cuerpos de la seguridad del Estado, transportistas, personal de limpieza pública y privada, conductores de vehículos y, también, abuelos, abuelas y ciudadanía en general sin mascarillas, sin guantes, sin desinfectantes, sin batas y, ya en un ámbito técnico superior, sin respiradores, maquinaria e instrumentos para urgencias y casos graves.

Usted –y su Gobierno– ya han llegado tarde a esta batalla. Ha enviado a nuestros soldados a combatir sin cascos y, prácticamente, sin balas en sus fusiles. Llega usted a trompicones y tropezando a tapar este agujero que está hundiendo la barca de la lucha contra el coronavirus. Miles de profesionales de la sanidad se han convertido desde heroicos sanadores a enfermos aislados por su culpa, por no haber previsto que en una guerra es fundamental una buena intendencia, que los tanque sin gasolina y sin obuses no son más que enormes paquidermos de hierro inútil. Haga todo lo que sea necesario y más para compensar este error de planificación. Hágalo que esta es su obligación. La obligación de un presidente del Gobierno que, de verdad, es consciente de su responsabilidad.

Ya habrá tiempo, más adelante, después de la crisis pandémica, cuando la venzamos entre todos, de analizar lo ocurrido y pasar cuentas. Eso lo haremos más tarde. Ahora luchemos todos juntos contra el enemigo común. Pero, señor presidente, evítenos luchar en esta batalla desarmados y abandonados a nuestra patética suerte. Es su deber y su obligación, y debe cumplirlos.

Como dijo el escritor y analista social austriaco Peter Ferdinand Drucker, “la gestión es hacer las cosas bien, el liderazgo es hacer lo correcto”. Señor presidente: haga las cosas bien y hágalas de forma correcta.

 

 

 

 

Actualizado: 14 de marzo de 2022 , , , , ,

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