Los mostradores de facturación presentan un aspecto solitario en consonancia con el prorrogado estado de alarma. La mayoría de turistas atrapados en las Illes ya han regresado a sus países de origen. En la terminal de salidas solo encontramos a trabajadores de la limpieza y a los últimos viajeros que quieren regresar a casa.
Para personas acostumbradas a viajar, a vivir casi en el aeropuerto, la imagen de estos días no puede ser más desoladora. A pesar de todo, algunos no pierden la esperanza.
En la terminal de llegadas es donde la realidad se muestra más a las claras con toda su dureza. Corrían las diez de la mañana y ningún viajero había traspasado hasta entonces la puerta de entrada a nuestra comunidad. Las puertas se cierran y el confinamiento, esta vez, sí que parece definitivo.