"Lo más sensato es que cada uno se quede en el lugar donde se encuentra y siga las actividades académicas que manden desde su centro", aconseja el también rector de la Universidad de Córdoba ante el regreso de estudiantes a sus localidades de origen tras la cancelación de las clases en toda España. "Entiendo perfectamente que una familia quiera que sus hijos que se encuentran fuera vuelvan, pero también valoremos que, dada la extensión de la enfermedad, es un riesgo", añade.
Gómez Villamandos recalca que la suspensión de la actividad docente no supone una interrupción del curso académico. "La universidad sigue abierta, y lo único que se suspende es la actividad presencial de los estudiantes. La actividad investigadora sigue y no hay nada que impida su desarrollo", explica el presidente de la conferencia que agrupa a 76 universidades públicas y privadas de España.
"Estamos pidiendo a los centros que mantengan la actividad académica para mantener una situación de normalidad a pesar de esta situación excepcional para minimizar cualquier perjuicio que se pueda producir a los estudiantes", expone el presidente de CRUE, que señala como una prioridad "garantizar que las competencias básicas de cada asignatura y de cada titulación sean adquiridas por los alumnos mediante la enseñanza a distancia y 'online".
La suspensión de las clases universitarias, que afectan a más de un millón de universitarios en España, se prolongará, de momento, dos semanas en la mayoría de las comunidades autónomas. Si no se prolonga esta situación, Gómez Villamandos espera que los exámenes puedan celebrarse en el calendario previsto sin demorar el final del curso académico.
"Hay que confiar en que la situación se normalice lo antes posible", proclama, advirtiendo de los problemas que provocaría llevar los exámenes al verano. "Por ejemplo en Andalucía, con las temperaturas previsibles que tenemos, es difícil", expone el rector de la Universidad de Córdoba.
Sin embargo, las universidades ya asumen que es muy probable tener que retrasar las pruebas de acceso a la universidad, previstas antes del 19 de junio en todas las comunidades autónomas. "Cabe dentro de lo posible que haya un retraso en la Selectividad", admite el presidente de los rectores, apuntando que es una de las cuestiones que abordarán el próximo martes en una reunión telemática con los ministerios de Educación y de Universidades y los gobiernos autonómicos.
Gómez Villamandos no descarta que la denominada Evaluación de Acceso a la Universidad (EvAU) tenga que postergarse a julio, incluso a septiembre, si no se contiene la propagación del coronavirus. "Ahora mismo hay que prevenir el peor escenario posible, que sería llevar la EvAU a septiembre, y ojalá ese escenario no se produzca, pero hay que estar preparado para cualquier contingencia para adelantarnos a todo lo que pueda pasar", apunta.
"Ojalá podamos cumplir los plazos, y todo dependerá de cómo afecte esta interrupción a los alumnos de Bachillerato. Si la cosa se alarga habrá que buscar otras medidas", apostilla el presidente de los rectores, aunque rechaza suspender este año la celebración de la Selectividad y permitir el acceso a la universidad con la nota media de Bachillerato.
Según Gómez Villamandos, esa medida provocaría "desigualdades enormes" entre comunidades autónomas. "No digo que como medida excepcional no se pudiera dar, pero a ningún universitario se nos pasa por la cabeza la suspensión de la EvAU", asegura.
De momento, el presidente de CRUE pide tranquilidad y cautela, porque la universidad siempre se ha repuesto de cierres prolongados. "Recuerdo que en primero de carrera hubo una huelga que duró meses y no pasó nada. Al final hubo exámenes, y la gente se presentó, y algunos aprobaron y otros suspendieron. Hemos vivido épocas de huelgas prolongadas en los que no había absolutamente nada de medios 'online', y al final se instauraba la normalidad académica", rememora.