La investigación se inició cuando los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) detectaron que un particular vendía estas dos piezas en Internet, en perfecto estado, adornados con unos sellos grabados en anillos metálicos, e incrustados en una base de madera.
Esta especie animal está catalogada con alto grado de protección en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
El propietario de los colmillos carecía de documentación que acreditara su tenencia legal ni el origen de los colmillos, y se limitó a explicar a los agentes que los trajo de Mallorca hace dos años.
El hombre está investigado por un presunto delito contra la fauna por la tenencia y comercio de especies amenazadas, y los colmillos fueron entregados en el Servicio Oficial de Inspección, Vigilancia y Regulación de Exportaciones (SOIVRE).