¿Y qué son en medio de los trescientos mil desde el primer Homo Sapiens, o de los más de tres millones desde la etíope Lucy, quizás nuestra madre universal y a quien tantos confunden con la Eva de Adán?
Por tanto, debemos distanciarnos a la hora de analizar los comportamientos de los importantes.
¿Quién se cree que es Santiago Abascal, escribiendo que la justicia europea ha atacado “gravísimamente” la soberanía de España, si resulta que somos Europa desde hace 33 años y eso implica que nuestro Tribunal Supremo puede ser doblegado por el de Justicia de la Unión Europea?
¿Quiénes se creen que son Pablo Casado y los suyos, que no saben lo que hacer para seguir el ritmo de excesos de Abascal, revolviéndose contra la Justicia europea cuando esta le tuerce el pulso al Tribunal Supremo?
¿Quién se cree que es Fulgencio Coll, antes jefe militar y hoy mucho más que concejal de Vox en Palma, pidiendo que “los poderes del Estado” impidan que Sánchez sea presidente?
Y por si alguien pensaba que Coll estaba reclamando un nuevo 18 de julio, cosa normal pues nunca han condenado el franquismo, Espinosa de los Monteros ha intentado despistar mencionando el 102 de la Constitución, para que así parezca que la respetan.
¿Y quién se cree que es Felipe VI?
Pues, mal que le pese, no es más que el rey de una monarquía que solo pudo ser restaurada en España tras la inmensa carnicería ordenada por Franco y que, cuarenta años de dictadura después, tuvo que ser encajada con trampa en el futuro porque quienes querían seguir viviendo de la política sabían que el pueblo habría elegido República. Gran mentira sobre la que se construyó esta democracia a la española, que defienden con tanto ahínco para que mejore un poco y se les termine escapando de las manos.
Pero Damocles Europa ha vuelto a actuar hoy lunes, 23 de diciembre, sin dar tregua ni respetar fiestas. ¡¡Habrase visto osadía contra España!! Ni siquiera han dejado que Felipe VI pudiera grabar tranquilo el discurso de Navidad que, como todos los años, ofrecerá mañana.
Por cierto que, esta tarde, en La SER, entre risas e ironías, llamaban la atención sobre el “desaparecido” Sánchez.
¿Estaría ocupado con asuntos de La Zarzuela?
Damocles Europa es el TJUE, que la semana pasada colocó a los siete jueces de la Sala Segunda del Tribunal Supremo ante la irresponsable, e innecesaria, unanimidad a la que les llevó Marchena con el truco de “rebajar” a sedición, y en medio de la indecencia de haber planteado una cuestión prejudicial para reírse del mismo Tribunal europeo, pues no tenía la menor intención de respetarla, tal como quedó demostrado al dictar sentencia antes de recibir la respuesta.
Si alguien le ha complicado la vida a España enfrentándola, por pura soberbia, a un adversario superior que siempre la derrotará descargando su Espada, ese alguien se llama Manuel Marchena. Es el mismo juez que le garantizaba todo, y “desde atrás” al gobierno de Rajoy.
Damocles Europa también es David María Sassoli, presidente del Parlamento Europeo y miembro del mismo grupo que el PSOE, pero a quien le deja frío la cólera de Iratxe García, europarlamentaria de confianza de Pedro Sánchez quien, según cuenta el prestigioso periodista Jean Quatremer, del francés “Libération”, le gritaba “No le puedes hacer esto a España”, delante de todo el mundo, mientras arrojaba los papeles al suelo porque el otro no cedía.
Y no cedió, ahí están Puigdemont y Comín paseando junto a sus nuevos escaños dos días después de la sentencia del Europa.
Y Damocles Europa es también el Banco Central Europeo que, en lugar de conformarse cuando el BBVA se negó a darle información acerca del impacto que sobre la entidad podría implicar el gravísimo asunto de los encargos al muy corrupto y también policía Villarejo, ha decidido dirigirse directamente a la Audiencia Nacional.
Parece evidente que, en España, lo de pasarse Europa por el arco del triunfo está a la orden del día.
Y mientras, el futuro gobierno pendiente de un informe de la Abogacía del Estado porque Marchena ha decidido reírse de nuevo del TJUE inventando un plazo de cinco días para conseguir algo tan ruin como que el católico Junqueras pase la Nochebuena entre rejas.
O quizás la maniobra dilatoria no buscaba, únicamente, esa maldad.
Hasta tal punto los jueces del Tribunal Supremo hacen política que, para no facilitar la formación de un gobierno perfectamente legítimo (que ya estaría firmado si Junqueras hubiera salido tras conocerse la sentencia del TJUE) están dispuestos a que se active contra España un “habeas corpus” por detención arbitraria. Es lo que advierte Javier Pérez Royo cuando afirma que “el TS no tiene nada que preguntar sobre la libertad inmediata de Oriol Junqueras”. Y no será la primera vez que acierte el catedrático de Derecho Constitucional.
Qué son quinientos años, en los que España ha pasado de conquistadora a deudora por no parar de matarse a sí misma. En cuanto la democracia de verdad asomaba por alguna ventana, ya estaban sus autoritarios tirando abajo la puerta para cambiarla por unas rejas carceleras.