Y no fue una llegada al uso. Papá Noel dejó aparcado su trineo en Laponia y acudió a la cita en un coche patrulla de la Policía Local del municipio. Los agentes se mostraron encantados con la compañía y también aprovecharon la ocasión para manifestar sus deseos a Santa Claus.
También destaca la imponente figura del árbol de Navidad que corona una de las plazas del pueblo. Junto a las luces encendidas, los vecinos del pueblo también pudieron aportar su granito de arena colgando sus mejores deseos en las bolas que adornarán el árbol durante unas fiestas tan señaladas como las que están a punto de empezar.
El evento tuvo un marcador sabor dulce, ya que uno de los múltiples puestos presentes en la fiesta se encargó de repartir tazas de chocolate y ensaimadas que sirvieron como aperitivo de las comidas y cenas que a buen seguro están por llegar.