Ha acabado una nueva temporada turística con menos visitas que años anteriores. Un verano señalado por la quiebra de Thomas Cook, la compra de Air Europa por parte de Iberia y por la polémica que se ha generado por el reparto de la ecotasa.

Sin embargo, hay algo que por desgracia, se mantiene y sobrevive todos los veranos en la comunidad: la turismofobia. Siguen apareciendo pintadas en zonas céntricas de Palma con mensajes de odio y de rechazo al turista. 'Tourists go home', 'Tourism kills' y otros mensajes que se expresan en actos incívicos que solo sirven para incomodar a los visitantes de la zona y ensuciar la imagen de Palma.

Estas pintadas, además, perjudican a la convivencia de los vecinos y residentes de las zonas afectadas. La actividad de los empresarios y comerciantes también se ve afectada por esta lacra, que aunque sea de una minoría, consigue sobrevivir y perjudicar a un sector importante de la actividad económica y social de les Illes Balears.