Sanz considera que la actual Ley Electoral, de 1979, "ha producido un efecto negativo para nuestro país. Lo ha sumido en una inmovilismo, una parálisis legislativa total". La norma, que favorece el bipartidismo entre los partidos tradicionales, sin embargo, "no ha sido nunca puesta en duda por las nuevas formaciones".
"Los partidos de nuevo cuño, a los que ha perjudicado claramente esta ley, nunca han puesto condición para negociar con PP o con PSOE la modificación de la misma. Y es que creen que, cuando algún día ellos mismos lleguen al poder, esta norma también les protegería", ha lamentado Domingo Sanz.
Desde el punto de vista de nuestro colaborador, "la futura Ley Electoral debería ser sometida a referéndum. El conflicto entre los partidos debe ser resuelto por una votación popular. Todos los votos tendrían que valer exactamente lo mismo, vivas donde vivas y votes a quien votes".