El robot cuenta con un brazo robótico que permite el manipulado y transporte de objetos hallados en el lecho marino y está dotado con un sistema de dragado de fondos para la limpieza y extracción de lodos en balsas, depósitos y conductos.
El submarino, entre otras ventajas, minimiza riesgos laborales de personal propio o terceros, reduce costes en las anteriores tareas submarinas y optimiza el tiempo de respuesta para el análisis y posible resolución de incidencias.
Hasta la fecha, se ha probado con éxito en tres centrales de generación de distintas características. En concreto, en la central térmica de carbón y terminal portuaria de Carboneras, en Almería; en el ciclo combinado de San Adrián del Besós, en Barcelona; y en la central diésel de Melilla.