Decenas de calles del municipio se llenaron de mesas decoradas para la ocasión y en las que se despacharon unas 3.000 botellas de vino. El 'Sopar a la Fresca' estuvo amenizado por los 'xeremiers'.
Ya durante la madrugada, la colla de dimonis de la Fil·loxera de l'Infern presentó un nuevo espectáculo titulado 'Sent olor' en la plaza del municipio.
El sábado tuvo lugar las tradicionales Carrosses en las que se implican mucho los binissalemers. El alcalde de Binissalem, Víctor Martí, ha asegurado que "algunos llevan semanas y meses que trabajan en la carroza y las vestimentas que llevarán".
Por otro lado, el alcalde ha explicado que "el éxito de las fiestas es de la gente. Trabajan mucho para que sea un éxito. Si hemos llegado a las 55 ediciones es porque el pueblo cada año se va superando. La fiesta del vino es símbolo del esfuerzo, el sacrificio y la lucha diaria".